«As orquestras fixemos un auténtico exercicio de supervivencia»

Qué Pontevedra tiene ganas de verbena quedó claro estos días a la vista de la rapidez con las que se agotaron las entradas para los conciertos de París de Noia y El Combo Dominicano en Poio, y la macroverbena que trajo a siete orquestas -Marbella, La Oca, Triunfo, Televisión, Samba, América SL y Fama- al Pazo da Cultura de Pontevedra. El éxito de ambas convocatorias, sin embargo, no oculta la grave crisis por la que aún atraviesa el sector después de dos veranos prácticamente perdidos por la pandemia del coronavirus.

En el mundo de la verbena tienen el convencimiento de que, hoy por hoy, la reactivación es muy difícil. «Conforme van pasando as semanas e os meses é moito máis complicado. Temos o vicio de que comemos todos os días e a gran maioría dos músicos, técnicos, choferes... tiveron que buscarse a vida traballando noutros ámbitos», señala Dani Dopazo, de La Oca, quien advierte de que esto ha derivado en la inexistencia de una bolsa de profesionales con los que armar a una orquesta: «Non hai banco de pesca».

Al igual que otros compañeros del ramo, considera que es necesario una mayor implicación de las instituciones, toda vez que «é algo único de Galicia. Temos que recuperar as festas e para iso é preciso un esforzo de todos por tradición, por cultura, por arraigo e porque é un tecido económico importante. As orquestras soas non podemos polo que é capital o apoio das administracións».

Dopazo subraya que en los últimos meses se pudo trabajar «cuns cuantos concellos valentes que mantiveron programacións con orquestras. Coa quinta ola deberon apostar unha ducia deles». De igual modo, sus estimaciones son que esta temporada funcionaron entre ocho y diez orquestas, cifra que contrasta con las decenas que estaban operativas antes de la pandemia. «Actuamos porque puxemos en risco acabar de arruinarnos máis e por unha fe increbantable no noso traballo. Estamos a facer un auténtico exercicio de supervivencia», remarca al tiempo que reconoce que el sector otea el verano del 2022 con «ilusión», pero consciente de que «a normalidade non vai ser a mesma que no 2019», incide.

Palabras similares emplea Cirano Núñez, director musical de El Combo Dominicano, que este fin de semana recaló en A Seca (Poio) y quien reconoce que «se está animando la contratación de cara al año, pero este verano la verbena no se reactivó. Julio y agosto fueron muy flojitos, pero en septiembre mejoró bastante».

Señala que su percepción es la de que «los concellos y quienes tienen que dar los permisos deben apoyar al sector. Ha habido muchas trabas con la pandemia hasta el punto de que el ocio nocturno nos ha adelantado por la derecha. Todavía hay sitios que quieren hacer verbenas sentados», lamenta.

Protocolos sanitarios

Núñez insistió en que es preciso apoyo institucional y que los protocolos sanitarios sean factibles de cumplir: «En la situación que estamos, sí se puede».

Entre las administraciones que han cogido el guante se encuentra la Axencia Galega das Industrias Culturais (Agadic), que impulsó la macroverbena de Pontevedra y otras seis ciudades gallegas. Su director, Jacobo Sutil, en declaraciones a La Voz, reconoce que «foi unha das disciplinas, dentro do ámbito cultural, que máis esta sufrindo polas condicións de restrición de agrupamento de persoas que impoñen as autoridades sanitarias».

En todo caso, destaca que cada vez es mayor la flexibilidad, así como reitera el apoyo de la Xunta teniendo presente que «coa forza que teñen as orquestras en Galicia é imposible que dende a administración pública se substitúa o investimento que viñan facendo as comisións de festas e os concellos durante o 2019 e anos anteriores».

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