Solo siete pontevedreses aplazaron el pago de impuestos por la pandemia

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Manifestación en Pontevedra en demanda de exención de  impuestos por la covid
Manifestación en Pontevedra en demanda de exención de impuestos por la covid RAMON LEIRO

La medida, incluida en el plan Supera21 del Concello de Pontevedra, no tuvo eco

26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las medidas del Plan Supera21, impulsado por el Concello de Pontevedra para favorecer la reactivación económica tras la crisis causada por la pandemia, se ha demostrado fallida. Apenas siete personas se acogieron a la modificación del calendario fiscal aprobada para favorecer que los contribuyentes pudieran posponer el pago de algunas tasas e impuestos municipales.

Esta medida fue la respuesta del gobierno local a las voces que demandaban gestos para ayudar a los negocios y particulares que habían visto mermados sus ingresos a causa de la reducción de la actividad económica durante el confinamiento y los meses que siguieron. No hay que olvidar que sectores como la hostelería todavía no han recuperado la plena normalidad de antes de marzo del 2020.

Al contrario que otros municipios donde se eximió del pago de tasas -agua, basura, veladores...- a los negocios de hostelería, en Pontevedra se optó por un simple aplazamiento de los recibos. La media se anunció a principios de marzo de este año y afectaba exclusivamente a la tasa de basura, agua y alcantarillado (que se abonan en un mismo recibo de carácter bimestral), y al impuesto de vehículos. Por entonces, desde el gobierno local se justificaba que se había optado por estos dos recibos «porque son os que afectan a un maior número de veciños».

En el caso de la tasa de basura, agua, basura y alcantarillado, el plan Supera21 permitía aplazar el pago de los recibos hasta el 10 de septiembre. Para hacerlo era necesario ponerse en contacto con la oficina de la empresa concesionaria, Viaqua, con el fin de solicitar el aplazamiento del recibo, pero el 10 de septiembre se le cobrarían juntos los que se hubiera dejado de abonar. Las personas que no solicitaban ninguna modificación siguieron pagando su recibo bimestral en tiempo y forma.

Cuando se presentó la medida, la portavoz del gobierno local, Anabel Gulías, señalaba que esta modificación del calendario fiscal tenía dos características. Por un lado, que era «global, é dicir que é tanto para negocios como para particulares, porque, como dixemos moitas veces, é certo que hai sectores económicos que o están pasando especialmente mal pero tamén hai familias con diferentes casuísticas que se lles complica o día a día». La segunda característica era el carácter potestativo de la media, es decir, «para quen o solicite», ya que acogerse o no a los aplazamientos era una decisión voluntaria y personal de cada contribuyente.

Cantidad insignificante

El tiempo ha demostrado que la medida no era ni mucho menos la que demandaba la sociedad pontevedresa: apenas siete contribuyentes -dos particulares y cinco negocios- optaron por el aplazamiento de los recibos de basura, agua y alcantarillado. Una cantidad absolutamente insignificante en una ciudad como Pontevedra.

En cuanto al impuesto de vehículos, no se aplazó el pago del recibo, sino que se alargó el período de cobro, extendiéndolo dos meses, hasta el 7 de agosto. En este caso no había que hacer trámite alguno más que dar orden al banco, en el caso de recibos domiciliados, de que pospusiesen el pago, por lo que no es posible conocer el número de personas que aprovecharon la moratoria.

Hay que recordar que en el 2020, a raíz del confinamiento del primer estado de alarma, el Concello de Pontevedra aplazó unilateralmente el cobro de tasas e impuestos. Uno de ellos fue el de vehículos, y hubo vecinos a los que no les gustó la medida porque aseguraban que distorsionaba su planificación económica para el año, por lo que para este ejercicio se optó por dejar la decisión en manos de los contribuyentes.