La transparencia, el secreto para sobrevivir

Álex g. fernández / ch. c. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

ADRIÁN BAÚLDE

La tienda Cestigar es la única cestería que queda en la ciudad de Pontevedra. Según la dueña de la tienda, Josefina Matalobos la honestidad y al trabajo duro son los motivos por los que el local sobrevive tantos años

03 sep 2021 . Actualizado a las 20:28 h.

Josefina Matalobos Soto es la dueña y fundadora de la cestería Cestigar, junto con su marido Jesús Martínez Silva. Situada en la calle Real de Pontevedra, en pleno centro histórico de la ciudad, esta pequeña tienda sobrevive al paso de los años, luchando contra las crisis económicas y las pandemias que tanto daño han hecho al negocio local de la ciudad.

Aunque la tienda se fundó en el año 1975, Josefina cuenta que ella y su marido no empezaron en el negocio hasta los años 90. «A tenda a empezamos porque collemos o traspaso», explica Josefina. «Nese momento había máis cesterías nesta rúa, non eramos os únicos, como somos agora», añade. Y es que hace años, la calle Real era el centro cestero de la ciudad, llegaron a haber en esta calle cuatro tiendas especializadas en este arte tradicional. «Os primeiros anos a tenda se chamaba Cestería Real e estabamos nun local máis pequeno, que se encontraba enfronte deste. Cando nos trasladamos a este lugar foi cando cambiamos o nome da tenda e puxémoslle Cestigar», explica la dueña de la tienda. «Foi idea dunha das miñas fillas e soaba ben. Entón quedouse o nome».

Josefina cuenta que la tienda la montaron por necesidad: «O meu marido era viaxante de comercio, e decidimos coller un local para así montar un negocio e poder empregar á familia. Para poder así gañar o pan». En Cestigar se pueden encontrar todo tipo de productos artesanales. Además de cestas, Josefina vende muebles, capazos, productos hechos con mimbre y caña, y hasta artículos de recuerdo como zuecos de madera tradicionales para cualquiera que pase por esta tienda y quiera decorar su casa con objetos originales y de calidad.

«Cando montamos a tenda vendiase moitísimo máis do que se vende agora», recuerda Josefina Matalobos. «Se alguén quería un cesto tiña que vir a unha cestería, non os podías atopar nos supermercados, nin nas droguerías, nin en ningún outro lado», explica la de Cestigar. Y es que el oficio de cestero es uno de los más antiguos, este es un arte que no se puede mecanizar, por lo que su valor es enorme, ya que la calidad de los productos realizados por los cesteros es lo que garantiza que estos artículos duren años y años.

Josefina sabe la calidad de los productos que vende en Cestigar, «Agora si, somos a única tenda que queda en Pontevedra. Isto é porque temos artigos moi bos, de calidade, e porque se nota que coñecemos o material e non enganamos á xente á que vendemos algún produto». Aunque los productos que uno pueden encontrar en Cestigar no son de producción propia -«non facemos nós as cestas ,senón que as compramos e as vendemos» -, Josefina garantiza que todo lo que venden en la tienda está fabricado con especial cariño y sus productos se hacen para que duren años. «Aquí temos artigos do país que non se poden encontrar noutro lugar. Son produtos de calidade, aínda que a duración vai no trato que se lle dea. As cousas si andas a golpes con elas non duran, pero se tratas as cousas con cariño poden durarche moitos anos», opina Josefina.

La dueña de Cestigar repite que es muy importante que tiendas de productos artesanales como la suya se mantengan en la ciudad. Josefina dice que «é importante que haxa unha cestería en Pontevedra porque é unha cousa antiga, é tradición. Por iso penso que é unha cousa que se debería de coidar». La importancia de este negocio se demuestra en la variedad de clientes que se acercan a la tienda de Josefina cada día: «Aquí veñen todo tipo de persoas. Temos dende rapaces que veñen a comprar buxainas, coma xente moza ou máis maior que ven a comprar artigos do fogar ou cestas. Tamén temos turistas, algúns compran cestas, pero moitos entran, dan unha volta, e marchan».

En cuanto al futuro de la tienda Josefina se muestra escéptica. «Non sei que vai ser do futuro da tenda. Isto é algo que xa non depende de min. O meu ideal sería que continúe, pero veremos como van as cousas. Porque tal como vai caendo isto...».

Josefina habla de cómo afectó a este pequeño comercio la pandemia del coronavirus. «Estivemos moi mal. Tivemos que pechar durante dous meses coma os demais, e despois abrimos pero daquela maneira».

Aún así, Josefina es optimista, «agora parece que vai arrancando a cousa, pero a ver que pasa. Aquí aguantamos porque somos un negocio serio, non enganamos a ninguén. E é que o non enganar á xente é o segredo. Demostrar ao cliente que pode confiar en min e que sabe que o que vendemos é bo».