
La propuesta del Concello elimina las características de autovía que le daba la Xunta
29 ene 2025 . Actualizado a las 18:37 h.El Concello de Pontevedra vuelve a insistir en la variante de Alba, un vial que permita conecte las carreteras de Vilagarcía (PO-531) y Santiago (N-550) ofreciendo una alternativa a la PO-225. La nueva propuesta municipal se diseña sobre el mismo trazado que eligió la Xunta hace dos años -deja de ser variante «de Alba» para transcurrir por Campañó y Lérez-, pero suavizando enormemente el impacto en el territorio. Si la Xunta diseñó en su día una autovía cerrada con cuatro carriles, el Concello propone ahora construir prácticamente una calle, un vial con características más «urbanas» y no una vía de alta capacidad. Y considerablemente más barata.
La propuesta que lanza el gobierno local es una carretera de unos 800 metros de longitud, casi en línea recta. Se diseña con un solo carril de circulación por sentido, con aceras de 2,80 metros a ambos lados y arcén de un metro. En total, unos catorce metros de anchura total. Llevaría cuatro rotondas, dos en las intersecciones con la PO-531 y la N-550 -en O Freixo, en Campañó, y A Cendona, en Lérez- y otras dos a lo largo del propio vial para permitir acceder al viario ya existente, que da servicio a los vecinos.
También contará con elementos reductores de velocidad, concretamente ocho «lombos» en el trazado y otros cuatro en las inmediaciones de las dos rotondas interiores, ya que se pretende que la velocidad máxima sean 30 kilómetros por hora.
Además, se concibe esta nueva infraestructura como una vía abierta y tendrá alumbrado en todo su trazado.
Precisamente, el alumbrado es uno de los aspectos de la propuesta municipal que supone un gasto a mayores con respecto al proyecto que presentó en su día la Axencia Galega de Infraestructuras, que no contemplaba iluminación más que en las dos rotondas de los extremos. El plan que maneja el Concello de Pontevedra es destinar en torno a 250.000 euros a iluminar todo el vial.
Por lo demás, la previsión económica rebaja notablemente las estimaciones que hacía la Xunta de Galicia. Aquel proyecto de cuatro carriles y concebido prácticamente como una autovía tenía un coste de ejecución estimado en unos 9,3 millones de euros. Sumándole las expropiaciones de terrenos que hay que acometer y reposición de servicios, se iba hasta los 12,2 millones.
La propuesta que hace hora el Concello rebaja esas cifras a 5,8 millones de coste de ejecución y 8,7 millones con las expropiaciones y servicios, incluyendo el alumbrado. El elemento que más encarece el proyecto es el viaducto de más de 260 metros que hay que construir para salvar tanto el trazado ferroviario como la AP-9 y el río Gándara. Este viaducto aparece en los dos proyectos, si bien en el caso del que plantea el Concello, al ser de solo dos carriles, se reduce a la mitad su impacto.
Demetrio Gómez Xunqueira advierte «certo resquemor» entre los vecinos de Campañó
En junio del 2019 la Xunta anunció al fin un proyecto para construir el vial alternativo a la PO-225 que se planeó en el 2004. De diez posibles trazados, la Axencia Galega de Infraestruturas se decantó por la llamada ««alternativa 6». El proyecto se expuso al público en agosto de ese año y el propio Concello presentó alegaciones debido a la excesiva dureza del vial propuesto, que no tenía en cuenta al tránsito peatonal y ciclista, y no permeabilizaba la zona. Pero el rechazo más fuerte fue el de los vecinos de Campañó. Si bien el trazado no afectaba a ninguna vivienda, los residentes en la zona denunciaban que se dividía en dos a la parroquia.
Fue la presión vecinal la que hizo a la Xunta desistir del proyecto. Lo hizo en diciembre del 2019, y dejaba en manos del Concello ofrecer una alternativa que no generara rechazo.
El presidente autonómico, Alberto Núñez Feijoo, se reunió con el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, en diciembre del año pasado y emplazó al regidor a proponer una alternativa. La respuesta de Lores es el estudio presentado este sábado. El Concello está incluso dispuesto a encargarse de la ejecución si la Xunta le transfiere los fondos.
El concejal de Mobilidade, Demetrio Gómez Xunqueira, señaló ayer que la propuesta ya ha sido presentada a los vecinos. En Lérez parece que se acogió de buen grado el nuevo diseño, pero admitió que en el consello parroquial de Campañó «segue a haber certo resquemor», previsiblemente debido a la gran tensión que se vivió en la zona hace dos años. Hará falta bastante pedagogía para lograr el respaldo vecinal que exige la Xunta.