«En Galicia se pone la vida de las personas por encima de las cañas»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

El irlandés Brendan Boyle ha cambiado Madrid por Pontevedra

03 may 2021 . Actualizado a las 11:54 h.

«Trabajo en márketing pero también hago reportajes para algunas revistas y páginas web de Inglaterra y Estados Unidos sobre la vida en España en el plano político, cultural... Cuento como es mi vida aquí, las cosas buenas y las cosas malas. Intento dar a la gente una imagen que sea real. Hay cosas que podemos cambiar, pero también hay un montón de cosas que hacen que España sea un país ideal para vivir». Natural de la localidad irlandesa de County Kerry, Brendan Boyle ha cambiando su residencia en Madrid por Pontevedra cansado de que «cada día fuese como un teatrillo de insultos, de Ayuso contra el mundo. En Galicia todo parece muy tranquilo, parece que todo el mundo está en el mismo equipo contra el covid, mientras que en Madrid es como una fiestas de insultos, de polémicas. Aquí se pone la vida de las personas por encima de las cañas, aunque eso duela mucho a la hostelería».

«Estar lejos de Ayuso es bueno para la salud», insiste, al tiempo que lamenta que «la desigualdad en la capital es tan evidente y tan profunda [que] no hay vacuna que pueda remediarla».

Reconoce que aún queda mucho por descubrir de Galicia, mientras disfruta conociendo gente en un país en el que vislumbra lazos de unión con su Irlanda natal. En este punto, rememora los sentimientos que le embargan cuando viaja en tren desde la capital de España y se adentra en la comunidad: «Se ve el verde y ya me siento en casa. Luego está la lluvia, la gente, que es más abierta, la vida, que es más lenta...», señala antes de confesar que lo que más extrañeza le genera es el acento. «En Madrid no hay un acento madrileño y Dublín es una mezcla de culturas, pero aquí se nota muchísimo el acento y la cultura, que esta muy relacionada con nuestras raíces celtas».

Otro acicate para que Brendan Boyle diese el paso de instalarse en la ciudad del Lérez vino de la mano de su mujer. O, más bien, de los antepasados de su mujer, dado que sus bisabuelos eran oriundos de Pontevedra.

Es por ello que no duda en remarcar que «hemos elegido Pontevedra como base para empezar esta nueva etapa por su calidad de vida y gracias a la tecnología se puede trabajar desde cualquier rincón del país».

En este punto, señala que lo que más le sorprendió descubrir fue la cultura gallega. «En Madrid no se habla mucho de Galicia, solo algunos titulares de política, pero al estar viviendo aquí se percibe que la cultura es algo muy fuerte, que la gente está muy orgullosa de ella... Veo pancartas en la calle todas en gallego, revistas en los supermercados también en gallego y es algo muy bonito. Es muy importante mantener las tradiciones», remarca.

Asume que Pontevedra es la gran desconocida para el pueblo irlandés, algo que se ha comprometido a remediar a través de sus reportajes, su blog en Medium y su cuenta en Twitter (@BrendyBoyle).

Lo negativo, el feísmo

Pero no todo lo que se encontró al aterrizar en Pontevedra fue de su agrado. Así, alude al feísmo: «Estás paseando por el centro y ves edificios vacíos, en ruinas, con pintadas y te preguntas qué está pasando, cómo una ciudad que es preciosa permite que haya edificios así en su corazón».

En todo caso, es de los que le gusta ver el lado positivo a todo, por lo que no duda de que estos inmuebles «son una oportunidad buena para hacer cosas. A veces es bueno que alguien de fuera de la burbuja haga las preguntas para que la gente se de cuenta de que no debe ser así. Lo de que ‘siempre ha sido así' ya no vale, no lo quiero escuchar. Necesitamos más recursos, más espacios para los jóvenes, más espacios para las industrias más tradicionales. Es una inversión, pero también una estrategia para promover la región y traer ilusión a las nuevas generaciones para que no tengan que emigrar».

Su receta, la sencillez. «No sencillo relacionado con el dinero o los recursos -incide Brendan-, sino en el sentido de transformar esos espacios en algo útil para la ciudad». «Cualquier cambio debería seguir fiel a la esencia de la ciudad, no hay que volvernos locos y pensar en crear algo falso o artificial. Grandes beneficios suelen venir de cambios pequeños», concluye quien tiene claro que «Galicia ya es nuestra casa».

«En Irlanda, el Superdépor sigue siendo un equipo mítico del fútbol europeo»

Adentrarse en el perfil de Twitter de Brendan Boyle es descubrir a un apasionado del fútbol. Tal es su afición por el balompié que una de las primeras cosas que hizo al asentarse en la ciudad del Lérez fue adquirir una camiseta del Pontevedra CF. «En Madrid fue socio del Atlético y, después de cinco años allí, tengo muchos amigos colchoneros, pero también del Madrid y del Barça, y ahora que estoy en Galicia estoy empezando a meterme en el mundo del fútbol gallego», apunta, al tiempo que reconoce que «el fútbol en España es una parte fundamental de la vida».

En este punto, Brendan rememora los años dorados del Superdépor o los grandes triunfos del Celta en la Copa de la UEFA. «Parece que el Celta está mejorando bastante y creo que tiene un buen equipo para cuando la gente pueda volver a Balaídos. Tengo ganas de asistir a partidos cuando todo esto acabe, pero también quiero visitar el estadio de Riazor. Es algo que deseo desde que de niño veía a ese Superdépor en la Champion».

Y es que, según explica, en su tierra natal, en Irlanda, aquel Superdépor «sigue siendo un equipo mítico del fútbol europeo. Todos recordamos aquellas remontadas contra el Milán, a la gente le dices Superdépor y piensa en Diego Tristán o Calderón... Tiene una aura mítica».

Y como buen apasionado del fútbol, Brendan no oculta la opinión sobre ese invento llamado Superliga. «El algo que ha ido muy rápido. Es un plan que nadie se esperaba y que, de repente, fracasó», sostiene, al tiempo que advierte de que «la gente se asustó. Vieron que puede ser algo real, que podría cambiar el fútbol totalmente. En Inglaterra los aficionados se han unido para evitarlo y, afortunadamente, parece que no va a salir adelante por el momento».