«Estamos viendo a adolescentes con un miedo irracional a salir de casa por haber hecho de ella su refugio seguro»

c. b. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Laura Pérez, psicóloga clínica del área sanitaria de Pontevedra y vocal de la APSCS
Laura Pérez, psicóloga clínica del área sanitaria de Pontevedra y vocal de la APSCS CAPOTILLO

La psicóloga clínica Laura Pérez dice que hacen falta más recursos para afrontar la nueva necesidad derivada de la pandemia y sus múltiples variantes

08 mar 2021 . Actualizado a las 13:03 h.

Laura Pérez (Vigo, 1968) es vocal del área sanitaria de Pontevedra en la Asociación de Psicólogos Clínicos do Sergas (APSCS). Esta profesional considera insuficiente el refuerzo temporal de la plantilla y alerta de que las necesidades de atención van en aumento tras un año de pandemia.

-En el área de Pontevedra hay 8 psicólogos clínicos en plantilla y tres temporales. ¿Es suficiente?

-Es cierto que ha habido tres nuevas incorporaciones, una en julio y dos en octubre del 2020, pero son contratos de dos o tres meses que se van renovando. No sabemos la continuidad de esas plazas en el tiempo. Estamos seguros de que esas plazas surgen en el contexto del plan estratégico de la pandemia, pero no sabemos la continuidad. Es probable que en abril, aunque siga la plaza, esas personas dejen el puesto y haya que poner a otra persona.

-¿Eso es negativo para la asistencia y el paciente?

-Eso va muy en contra de la continuidad asistencial en la psicología, que es básica. Estos refuerzos temporales se han hecho en otras áreas, pero solo puede estar la misma persona seis meses. En la asociación estamos preocupados por la continuidad. Y eso en psicología es crucial. Lo es en cualquier especialidad, pero en psicología más. Nos lo dicen en atención primaria cada vez que hay un cambio de profesional.

-A mediados del 2019 ya alertaban del déficit de psicólogos clínicos en Pontevedra.

-Pontevedra es la hermana pobre. Con tres a mayores no se da respuesta a la necesidad que había entonces y aún encima hay que asumir la nueva necesidad derivada de la pandemia y sus múltiples variantes e intervenciones. No se da respuesta a tener una ratio suficiente y Pontevedra va a seguir estando como la peor dotada de Galicia. También hay que dar respuesta al plan del prevención del suicidio, ya que está sin organizar un equipo específico.

-¿Qué nuevas necesidades hay?

-Yo compagino en Mollavao psicogeriatría con unidad de salud mental y en cualquiera de las dos me estoy encontrando casi de todo. Adolescentes jóvenes que una vez que se tuvieron que confinar ahora no son capaces de salir a la calle por miedo. Lo cual es grave. Miedo por haber hecho de tu casa tu refugio seguro y cualquier cosa que sea salirse de ahí da un miedo irracional y desproporcionado. Y nos estamos encontrando con muchísima gente con patologías físicas crónicas que suponen un factor de riesgo añadido para el contagio de covid que tampoco se atreven a salir de casa.

¿Sobre cuántos profesionales recae la atención psicológica en la provincia?

La clínica reclama continuidad de los refuerzos y presencia en primaria

cristina barral

Trastornos de ansiedad y depresión, situaciones traumáticas derivadas de un diagnóstico o una pérdida y trastorno mental grave como psicóticos o de personalidad. Son patologías que tratan los psicólogos clínicos. A eso se suma y sumará el efecto de un año de pandemia. Pero, ¿cuántos psicólogos clínicos trabajan para el Sergas en la provincia? En el área de Vigo son actualmente 19 y dos temporales, mientras que en Pontevedra se cuenta con 8 y tres temporales. En el área de Santiago, de la que dependen concellos de Deza, son 19 de plantilla y dos temporales.

La Asociación de Psicólogos Clínicos del Sergas (APSCS) inició hace dos años una campaña para reclamar más personal y para estar en atención primaria, donde consideran que deben jugar un papel fundamental. Pero llegó la pandemia y poco o nada se avanzó en su pretensión.

En el caso del área de Pontevedra, al margen de los 8 profesionales de plantilla, las tres nuevas incorporaciones temporales desempañan su labor dos en la unidad de salud mental infanto juvenil del centro de salud de A Parda, en Pontevedra, y la tercera tiene una doble función: dos días a la semana en la unidad de salud mental de Vilagarcía y tres días en atención primaria en el centro de salud de San Roque. Hay, al parecer, previsión de que se pueda ampliar a otros centros, pero es un tema que en la asociación dicen que está todavía «muy en pañales». En la capital se reforzó la unidad de salud mental infanto juvenil de A Parda porque el déficit en esa franja de edad es «histórico» y estaban «desbordados».

La asociación ha seguido trabajando, haciendo ver la importancia de la incorporación de los psicólogos clínicos a primaria: «No es un capricho de Galicia, es un movimiento que se está produciendo en toda España porque está más que demostrado que el psicólogo en primaria es eficaz, efectivo, acorta la toma de medicación, bajas laborales, resolución de cuadros de una forma rápida, evita cronificaciones y saturación de los servicios más especializados». Dentro de la actualización del plan estratégico de salud mental uno de los aspectos que se recoge es la necesidad de dar apoyo a los sanitarios por la pandemia. Durante el último año todas las áreas organizaron un programa de apoyo con el personal que había. Y el nuevo plan, que todavía está en proceso de configuración, afirman, lo que recoge es que «un psicólogo clínico de los que ya están, no uno más, coordine ese programa a mayores de sus funciones habituales».

La pandemia ha traído duelos por pérdidas de familiares por covid y «daños colaterales», esto es, familiares de personas con otras enfermedades que fallecieron sin poder despedirse y con dudas de si se actuó a tiempo y culpas por no acompañarlos durante la hospitalización. Los casos de jóvenes que no quieren salir de casa por miedo están por llegar, dicen, y también están viendo gente por pérdidas de empleo y cierres de la hostelería.

El Movemento da Saúde Mental cuestiona el plan de apoyo para el personal del Sergas

 

 

El pasado 18 de febrero se hacía público que la Consellería de Sanidade acababa de aprobar un plan de apoyo al personal sanitario para afrontar la pandemia. Ese documento contempla que cada una de las siete áreas sanitarias de Galicia cuente con un psicólogo clínico cuya única función será dar soporte al personal de los hospitales públicos y centros de salud. De entrada, esa prestación se ofrece a los 44.000 trabajadores del Sergas que consulten por teléfono cuando se encuentren decaídos, tristes o desbordados, aunque después será el psicólogo clínico quien valore si es necesaria una cita presencial.

Ese plan de apoyo psicosocial incluye también formación en el autocuidado, con seminarios virtuales con psicólogos como Alejandra Vallejo-Nágera o Rafael Santandreu.

¿Cómo valora ese plan de intervención psicosocial para el apoyo al personal del Sergas el Movemento Galego da Saúde Mental? Este mes de marzo hicieron público un comunicado en el que expresan su postura. Primero cuestionan que llegue doce meses después. «Agora, un ano despois, resulta moi bonito, e sobre todo moi conveniente, recoñecer que se traballou ben, dar unha palmada nas costas e seguir como se nada. E de paso -dicen- tratar de resolver as dificultades xeradas pola desastrosa e neglixente xestión enfocándoas como se fosen un problema individual e de saúde mental».

Acallar el malestar

El Movemento Galego da Saúde Mental considera inaceptable que se pretenda vender como un programa de atención a la salud mental las acciones destinadas a acallar, que no a resolver, «o natural e máis que xustificado malestar presente nos colectivos sanitarios». Hacen hincapié en que se quiere hacer «cómplice necesario» al colectivo de profesionales de la salud mental del abandono del Sergas sobre su personal. «Así, deste xeito, psicólogos clínicos e psiquiatras son convocados, como expertos, a desempeñar o labor instrumental de acalar o malestar colectivo a través dunha ben intencionada intervención individual», señalan en el comunicado.

También critican la decisión del Sergas de convocar una serie de conferencias impartidas de forma magistral y virtual «por paracaidistas docentes de renome». Subrayan que son expertos de la positividad que poco o nada saben de lo vivido en las trincheras de la pandemia.