Luisito, tras el trombo: «A médico díxome que me salvei de milagro»

Nieves D. Amil
NIeves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

El técnico del Pontevedra reconoció la angustia vivida: «Foi unha das poucas veces que sentín medo na miña vida»

12 mar 2021 . Actualizado a las 09:42 h.

Después de haber pasado la tempestad, llega una calma en forma de reflexión. A pesar del dolor que tenía en el brazo derecho y de la presión que sentía en él, salió del ambulatorio pontevedrés con un diagnóstico que a él ya le parecía erróneo. «O médico díxome que ao 95 % era un problema muscular, pero eu sabía que non», apunta. Y prosigue: «Todos cometemos erros, eu o primeiro, o que pasa é que este puido custarme a vida».

A lo largo del sábado y del domingo solo empeoró, pero su pasión por el fútbol y su compromiso con el Pontevedra CF hizo que el domingo estuviese en el banquillo granate para dirigir el partido contra el Compostela. «Estaba moi mal, solo estaba desexando chegar a casa», explica. Al acabar el encuentro habla con el médico del club, José Barragáns, que le dice que el lunes por la mañana acuda al Hospital Domínguez para someterse a una ecografía y confirmar el diagnóstico. «Cando ma fixeron viron que era un trombo grande que estaba preto do pulmón, o tiña na zona da axila», indica Luisito, que de ahí salió hacia el Clínico de Santiago para que lo viese un especialista. «A médico díxome que me salvei de milagro porque se o trombo fose un pouco máis pequeno non o houbese contado», subraya Luisito, que hoy volvió al campo de Xeve, aunque no dirigió al equipo. Mañana retomará la actividad para llegar la próxima semana a Riazor al máximo nivel: «Sóbrame forza mental e física, a médico díxome que este tipo de trombos lle dan aos deportistas de alto nivel, pero eu nin son alto nin teño nivel», bromea.

Luisito asegura que paso mucho miedo. «Son moi cazurro, lle debo tanto a este clube que ocultei todo e dirixín o partido». Ahora se encuentra bien, salvo esas pequeñas molestias que tiene con cada inyección. El miedo quedó atrás, pero durante una temporada tendrá que evitar los golpes fuertes y aparcar la bicicleta. Cuando este miércoles volvió a ver a sus jugadores le recordó con humor algo que le dice muchas veces: «Vedes como eu son inmortal».

Antes de despedirse, Luisito quiso agradecer las muestras de cariño que recibió durante estos días, tanto del mundo del fútbol, como de fuera. «Espero que siga aquí por moito tempo».