Caravana-protesta de vehículos de Ence y empresas auxiliares, el pasado viernes ante la Delegación del Gobierno en A Coruña
Caravana-protesta de vehículos de Ence y empresas auxiliares, el pasado viernes ante la Delegación del Gobierno en A Coruña ANGEL MANSO

La constancia de un ingeniero aeroespacial de Lérez; la firmeza de miles de hosteleros que resisten a la pandemia y a los cierres, y el tesón de la plantilla de Ence y auxiliares

21 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Perseverancia es sinónimo de «constancia, persistencia, firmeza, dedicación y tesón. En este sentido, se aplica tanto en las ideas, como en las actitudes, en la realización de algo, en la ejecución de propósitos o en las resoluciones del ánimo». En una acepción complementaria, se define también la perseverancia como «mantenerse constante en algo que ya se comenzó, a pesar de que la situación se ponga complicada».

Esta última definición es la que me parece más indicada para anillar los tres asuntos de la actualidad de la semana que hoy traigo a colación en esta crónica. Primero, el protagonismo y la dedicación de un ingeniero aeroespacial pontevedrés, Fernando Abilleira, quien desde hace años trabaja en la NASA para lograr este último hito aeroespacial con el amartizaje de Perseverance en el planeta rojo. Segundo: la resistencia numantina de miles de empresarios, autónomos y trabajadores de la hostelería pontevedresa que aguardan que les deparará la próxima desescalada que se decidirá mañana. Y, tercero: el tesón de la plantilla de Ence y su red de auxiliares que han decidido trasladar sus protestas a otras ciudades de Galicia en su afán de visibilizar la defensa de sus puestos de trabajo.

Un pontevedrés en Marte

Fue en 2014 cuando en Pontevedra y en Sanxenxo empezamos a oír hablar de Fernando Abilleira, un ingeniero aeroespacial que había fichado con apenas 24 años por la NASA y que ya trabajaba en misiones a Marte. Fue a raíz de una colaboración entre la Universidad y el Concello de Pontevedra cuando se tuvo la excelente idea de invitarle a dar una charla en el teatro Principal que convocó a cientos de personas a escucharle. Aprovechando que venía a veranear a Sanxenxo y visitaba a su abuelo en Lérez, la experiencia se repitió en 2019. Cuando ya estaba muy avanzada la misión Insight que preparaba la nave que se posó sobre la superficie marciana en la noche del jueves. Precisamente la responsabilidad de Fernando era programar y supervisar que tanto el vuelo, desde que despegó el 30 de julio de 2020, hasta el amartizaje de hace tres días, fueran tan correctos y exactos como han resultado.

Perseverance es tan hispana como femenina. Es una robot que tiene por cometido principal evidenciar la posible existencia de vida en Marte hace millones de años. Y fue una mujer hispana, la ingeniera colombiana Diana Trujillo, la que nos anunció con un emocionado «¡Hemos llegado!» en la noche del jueves a más de un millón y medio de espectadores que seguíamos en el Twitter de la NASA la retransmisión en castellano, que se había consumado un hecho tan trascendental.

La experiencia me recordó a cuando siendo un niño junto a mis padres en Madrid, 1969, televisión en blanco y negro, seguimos cómo Jesús Hermida nos anunciaba en aquella retransmisión que el astronauta Neil Armstrong ponía el pie en la Luna y decía «es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la Humanidad».

Pendientes de la tasa

La hostelería pontevedresa suspira porque mañana lunes, la tasa de incidencia acumulada de covid baje de 250 en la capital de la provincia, lo que permitiría la reapertura de establecimientos con aforos restringidos (30% interior; 50% en terraza) y hasta las 18 horas, según la propuesta que manejan el comité clínico y la Consellería de Sanidad.

Sería una bombona de oxígeno después de un mes de cuasi cierre total del sector en Pontevedra, como consecuencia de las restricciones que motivó la tercera ola de la pandemia en Galicia.

Ya no se trata de salvar la Semana Santa -sería tan craso error como lo fue la desescalada de las pasadas Navidades-. Simplemente es cuestión de reanimar a un sector crucial y sistémico de la economía local y provincial antes de que entre en parada. Por cierto: la semana nos dejó la esperada inhibición del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia a establecer una cautelar contra las restricciones de la Xunta, a diferencia de lo ocurrido en País Vasco. Y el arranque de las ayudas de Xunta, Diputación y Concellos -en Pontevedra, el plan Supera21- cuya efectividad comprobaremos en próximas semanas.

Ence persiste

Los trabajadores de la fábrica de celulosas, con el apoyo del cinturón de satélites, entre auxiliares y proveedores que dependen de la pastera, mantienen, con tesón, un calendario de movilizaciones para que se visibilice y no se olvide que reclaman la continuidad del asentamiento industrial en la ría de Pontevedra hasta 2073. Es decir, los 75 años de prórroga en Lourizán que el último Gobierno presidido por Rajoy les concedió.

A tal fin, los trabajadores han decidido trasladar sus protestas, conscientes de que la suerte de la continuidad de la pastera, se resolverá lejos de Pontevedra. Precisamente, mientras ellos se manifestaban por La Coruña, el presidente de la Xunta presionaba en Madrid a la ministra de Transición Ecológica para que el Gobierno de coalición PSOE-Podemos no apruebe un atajo legal para recortar la permanencia de Ence hasta 2033, a través del proyecto de Ley de Cambio Climático. Del encuentro que duró cuatro horas, sabemos lo que la Xunta trascendió de lo planteado por Alberto Núñez Feijoo. Pero ignoramos lo que la ministra le contestó. Y no es una cuestión cualquiera. Es La Moncloa quien tiene la llave maestra.