Radioaficionado y biógrafo

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

El pontevedrés acaba de publicar la biografía de su abuelo, urólogo y alcalde de Pontevedra

03 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras adentrarse en la historia de José Blanco Novo, el reconocido como primer radioaficionado gallego, Tomás Manuel Abeigón Vidal ha dirigido su mirada hacia su familia y, más concretamente, hacia su abuelo, Tomás Abeigón Pazos, quien compaginó su faceta de médico con la política hasta el punto de ser concejal y alcalde de Pontevedra. «Cuando se murió mi abuelo era un niño pequeño, tenía 11 años, y poco contacto tuve con él. Sí tengo algunas imágenes de él», señala, al tiempo que apunta que su parecido físico con Abeigón Pazos provocó que mucha gente mayor le parase por la calle preguntándole si era su hijo, una serie de circunstancias que fueron el germen de su nuevo libro, Tomás Abeigón Pazos. Médico y político pontevedrés (1896-1975).

«Queda muy poquita gente que lo haya conocido», asume su nieto y biógrafo, quien a lo largo de los últimos año ha recopilado documentos, recortes de prensa y fotografías de quien fue regidor municipal en 1936 con el Partido Agrario Español. Y fue en el 2020, en plena expansión de la pandemia, que el libro fue tomando forma.

El propio Abeigón Vidal asume que la propia perspectiva del tiempo, prácticamente, ha hecho caer en un cierto olvido a su abuelo, quien vivió a caballo de tres épocas: La Restauración monárquica, la segunda República y una larga dictadura. Es por ello que ha optado por no escribir una biografía al uso, de tal modo que la propia historia de la ciudad de Pontevedra y sus instalaciones sanitarias cobran un especial protagonismo y, al mismo tiempo, permite adentrarse en la amistad que Vidal Pazos mantuvo con personalidades de la talla de Castelao, Alexandre Bóveda, Amancio Caamaño, Prudencio Landín, «que fue líder del Partido Agrario en la provincia de Pontevedra», o Bibiano Fernández-Tafall Osorio, «quien fue concejal con mi abuelo y con quien mantuvo una gran amistad».

Lo cierto es que la historia de su familia es una de las pasiones de este pontevedrés hasta el punto de que durante una época de su vida mantuvo un blog con el que descubrió el recorrido vital de algunos de sus allegados más próximos. Y de igual modo, mantiene viva su afición por el mundo de los radioaficionados, que nació cuando tenía 17 años y que no solo ha reflejado en su primer libro, José Blanco Novo, primer radioaficionado gallego, primera estación móvil de aficionado de España y fundador del servicio de transmisiones de la Guardia Civil (1891-1971), sino que, además, se vislumbra en sus colaboraciones con la Revista Radioaficionados de U.R.E. y con el Foro Histórico de las Telecomunicaciones del COIT, además de ser redactor de la revista Selvamar Noticias y alimentar una serie de blogs, todos ellos relacionados con la historia de la radioafición, ya sea a nivel local de Pontevedra o a nivel general. Y eso, sin descuidar otros proyectos literarios a medio o largo plazo.

«Mi abuelo no es una persona que haya hecho cosas excesivamente significativas, pero es un cúmulo de pequeñas aportaciones que tienen un hilo común: la preocupación que él tenía por mejorar Pontevedra y sus gentes», incide retomando la historia de Abeigón Pazos. De este modo, en el plano profesional, se doctoró por la Universidad Central de Madrid, siendo además ayudante de la primera cátedra de Urología de España, circunstancia que determinó que fuese el primer urólogo con el que contó lo que hoy en día es el Hospital Provincial. Y eso sin olvidar la presidencia que ostentó del Liceo Casino, una implicación que ya se vislumbró en su padre y abuelo, o su rol en el Instituto de Pontevedra, formando parte de un cuadro docente en el que coincidió con Castelao, José Filgueira Valverde o Fernández-Tafall.

En el plano político, el autor pontevedrés alude al hecho de que «cuando se proclamó la II República en 1931, en el primer ayuntamiento que se constituyó, mi abuelo fue concejal. Era el jefe de la minoría monárquica».

Posteriormente, durante la Guerra Civil, fue médico del Hospital Militar y del Hospital Militar de Evacuación, mientras que al término de la contienda fue «jefe local de la Obra Sindical 18 de julio, entidad predecesora de la actual Seguridad Social».