Ohana, la protectora animal que nació en una finca particular en Tilve

carolina sertal PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

En seis meses de vida, esta asociación ha recogido a 22 perros abandonados

12 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Vera es una preciosa mastina que lleva más de un año buscando una familia que la quiera. Convive con Robin, «un auténtico cielo de perro», pero que debido a su clasificación como perro potencialmente peligroso todavía no ha encontrado un hogar, y Tom, un pequeño que en su corta vida ya ha experimentado la faceta más cruel del ser humano.

Son tres de los siete perros a los que el refugio animal Ohana está dando cobijo y alimento en la actualidad. Esta asociación, que inició su actividad en la comarca poco después de finalizar el Estado de alarma, viene a sumarse a la red de protección existente en Pontevedra contra del maltrato y el abandono animal.

Todo comenzó cuando a Claudia Ramos se le pasó por la cabeza la idea de convertir la finca situada en Tilve que su abuela ya no utilizaba en una casa de acogida para perros abandonados. Sus cinco años de experiencia en la protectora de Os Palleiros y su amor incondicional por los animales, así como el apoyo de sus amistades más cercanas, le valieron de impulso para llevar a cabo aquella idea, y así fue cómo nació Ohana.

«Cerré por completo la finca, preparé unos caniles y con el apoyo de mis amigas decidimos fundar la asociación, para poder ayudar a estos animales y para estar más tranquila a la hora de realizar las adopciones», explica Claudia Ramos, que junto con Sara Beltrán, Iria Baltar y Jessica Cobas, forma parte de la directiva de esta nueva protectora pontevedresa.

En sus escasos seis meses de vida, el refugio animal ha recogido ya a un total de 22 perros abandonados, principalmente en Pontevedra y Ourense, y ha logrado 16 adopciones, una cifra que Claudia valora de forma muy positiva: «Son muchas adopciones para tan poquito tiempo de actividad y teniendo en cuenta que todavía no somos muy conocidas y que prácticamente todas las movimos por redes sociales, ya hemos conseguido mucho», señala la presidenta de la entidad.

En este sentido, Ramos cuenta que aunque gracias a las redes sociales pueden llegar «muy lejos», esto también tiene sus inconvenientes porque «nadie viene a la finca a conocer a nuestros perros, pero poco a poco, esperamos llegar cada vez a más gente».

A la hora de realizar las recogidas, Ohana tiene implantado un protocolo de actuación mediante el cual, en primer lugar, comprueban si el perro tiene chip. De ser así, dan aviso a la Policía Local. En caso de que el animal no lo tenga implantado, inmediatamente se hacen cargo de él y tras los diez días que tendrían los dueños para reclamarlo, estas jóvenes se ocupan de ponerle el microchip, de desparasitarlo, vacunarlo y esterilizarlo.

«A mayores, si tienen algún problema, como fue el caso de Marley, nosotras sufragamos todos los gastos», comenta Claudia, quien recuerda con tristeza y cariño el caso de este pequeño al que tuvieron que operar hasta en cinco ocasiones y que finalmente no sobrevivió. «Fue un bache porque en ese momento tuvimos que parar las recogidas y nos dedicamos exclusivamente a él. Fue muy duro», relata.

Un mercadillo solidario para dar a conocer a Wanda y visibilizar la labor de la entidad

Todos los perros que son rescatados por la Asociación Ohana viven en libertad en la finca del refugio animal, de manera que pueden entrar y salir de los caniles cuando consideran. Pero lo cierto es que esa libertad no es del todo segura para casos como el de la pequeña Wanda.

Esta perrita de apenas unos meses nació con unos problemas neurológicos que provocan que se caiga o se golpee con las verjas y paredes, por lo que su vida en el refugio ahora mismo no es lo más adecuado.

El próximo sábado 19 de diciembre, en horario de 11.00 a 20.00 horas, Ohana instalará un mercadillo solidario en los soportales de A Ferrería, junto con Os Palleiros, para visibilizar su labor y dar a conocer a la pequeña Wanda, con el objetivo de «hacer ver que puede llevar una vida normal y conseguir que encuentre una buena familia que la cuide», indica Claudia Ramos.

En la actualidad, Ohana cuenta con la ayuda de 15 personas voluntarias que se hacen cargo del cuidado de los animales que rescatan y entre las formas de ayudar a esta entidad están las de donar alimento, productos de higiene o aportaciones económicas a través de un grupo de Teaming que han creado.

Otra de las formas de colaborar es la de apadrinar a uno de los perros de la protectora, de manera que «con una cantidad mínima de cinco euros al mes, los padrinos pueden llevar al perro a pasear, visitarlos y ayudar en sus gastos mientras no le conseguimos un hogar», cuenta Ramos.