Análisis: El Pontevedra se mantiene fiel a su presión ofensiva

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

El conjunto granate apuesta por los balones largos hacia Charles y Rufo

06 dic 2020 . Actualizado a las 13:30 h.

El Pontevedra no sorprendió. Tampoco defraudó. Todo lo contrario. Con un juego táctico basando en el contragolpe y en los balones largos con destino a Rufo y Charles demostró que el guion diseñado esta temporada por Jesús Ramos da sus frutos. Todavía no conocen la derrota. Eso significa que el método funciona. Pero como no hay plan perfecto, hace aguas en algunos aspectos. Ante el Deportivo le pudieron las prisas a la hora de definir las jugadas dentro del área. Demasiada necesidad de balón los condenó en más de una ocasión ante un rival que tampoco sorprendió. Ambos sabían lo que se iban a encontrar. Y se lo encontraron.

Los granates volvieron a salir muy bien plantados en el campo y proponiendo con el objetivo claro de jugar al contragolpe e imprimir velocidad para llegar a esas puntas de lanza que son Charles y Rufo, asistidos por Jorge Fernández y Álex González y por un centro del campo manejado por Imanol ante la baja de Romay. El plan trazado se cumplía hasta llegar al área grande, donde el Deportivo jugó su carta y bloqueaba la tímida ofensiva con apenas tres oportunidades en la primera parte.

El Pontevedra jugó un partido muy táctico con un esquema reconocible. Las jugadas ofensivas intentaban solucionarlas con tres pases que llegaban desde las bandas con un juego rápido y subiendo la presión a campo contrario.

La baja de Romay llevó a Ramos a juntar a Imanol y Borja en el medio campo, que mantuvieron el control de la zona hasta la entrada de Cruz. Hacía falta calma y esa era la mejor opción para pausar el partido y dominar el balón en un momento en el que el Deportivo empezaba a ejercer más presión ofensiva. Para buscar esa verticalidad que necesitaban para intentar superar esa zaga de cinco hombres, Ramos optó por incluir a Oier Calvillo y sacar a Jorge Fernández. Había hecho un buen partido, pero empezaba a haber problemas en la finalización. Se notó en el campo con el gol apenas seis minutos después.

Pese a seguir el guion fijado desde el comienzo de liga, el Pontevedra quiso probarse en el lateral derecho y dio la titularidad a Santi Figueroa después de ser la plaza de Aitor Núñez en los primeros partidos. El jugador parece ganarse a base de trabajo la confianza del míster, que ayer reconocía su valía cuando pasó de ser suplente a marcar un gol contra el Celta B el año pasado cuando Ramos asumió el mano del equipo. Todavía le queda mucho por curtirse en la categoría, pero ayer solucionó las deficiencias que había en su posición.

El Pontevedra se mostró fiel a su estilo para desafiar al rival en el partido más importante de la temporada.