De la hostelería con reservas e ilusión a la que abre «porque no hay un duro»

María Hermida
maría hermida REDACCIÓN / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La situación es agónica en Pontevedra y Arousa, mientras en A Coruña, Ourense o Santiago existe cierto alivio porque hay llamadas para pedir sitio para cenas y comidas

04 dic 2020 . Actualizado a las 10:34 h.

Camina o revienta. Esa o una frase parecida es a la que parece encomendarse la hostelería gallega, que en gran parte reabrirá hoy sus locales pese a que la limitación de aforos y la incidencia del covid siguen planteando interrogantes gigantescos. Nadie está demasiado contento en el sector, porque los daños provocados por el cierre que hoy termina han sido demoledores. Pero las sensaciones son muy distintas dependiendo de si se trata de una ciudad o un concello en los que bares y restaurantes podrán trabajar hasta las 23.00 horas con un 50 % de aforo en el interior y un 75 % en el exterior, como en Santiago u Ourense, o si solamente se puede operar en la terraza, al 50 % y solo hasta las cinco de la tarde, como es el caso de Pontevedra. Los primeros se sienten aliviados y hasta ilusionados porque comienzan a tener reservas para este mismo fin de semana. Los segundos consideran que agonizan y, en su mayoría, ni siquiera osarán a levantar la verja y empezar a trabajar.

Pontevedra es el mejor ejemplo de esa hostelería que siente que muere, ya que solo se le permite servir en terraza a las vísperas de un puente de lluvia y frío. Ayer mismo, empresarios del gremio de la capital, Poio y Marín evidenciaban su malestar en una concentración. Hicieron una caravana de coches. Paralelamente, muchos locales fetiche anunciaban que no abrirán porque no lo ven viable. «Estimados clientes, tenemos ganas de veros y una imperiosa necesidad de trabajar, pero desgraciadamente seguiremos cerrados», indicaba La Gramola, un mítico bar del casco histórico. Con todo, algunos van a levantar la reja. Y reconocen que lo hacen por pura necesidad: «No hay un duro en la caja, por eso abro. Por ver si entra algo», señalaba Graciela Rodríguez, del Dulce de Leche, una cafetería pontevedresa de más de 200 metros cuadrados.

Graciela Rodríguez, en su cafetería Dulce de Leche de Pontevedra, que también reabre
Graciela Rodríguez, en su cafetería Dulce de Leche de Pontevedra, que también reabre RAMON LEIRO

 El desaliento pontevedrés llega hasta las vecinas tierras de Arousa, donde en Vilagarcía lo único que cambia es que los bares pueden trabajar también con un 30 % del aforo interior. No le convence a David Jiménez, dueño de dos locales, que no va a levantar la reja: «¿Cómo voy a abrir? Esto es una tomadura de pelo», señala.

En una situación mejor en cuanto a aforos está A Coruña, y eso se nota en las sensaciones de los hosteleros, que aún así no se atreven a abrir todos los locales, tal y como explica Antón Sáez, portavoz de los hosteleros de A Marina y responsable de tres negocios: «No los abro todos, no puedo. La gente se vino muy arriba al saber que se puede trabajar hasta las 23.00 horas. Pero yo recuerdo las últimas semanas, en las que trabajamos así, y fueron un desastre en la facturación». También quiere ir con los pies de plomo José María Pérez, dueño de un restaurante en la capital herculina y de dos vermuterías: «Abriré dos de los locales. La verdad es que estamos teniendo reservas y no sé si llenaremos o no, pero la gente está llamando. Nosotros vamos a seguir muy insistentes con la seguridad, desde medir la temperatura a todos los clientes a cumplir todo tipo de normas», señala.

¿Y Santiago? Tanto la capital gallega como Ourense están, por la bajada de los casos activos de covid, en una situación mejor. La hostelería puede trabajar al 50 % de aforo en el interior y al 75 % en el exterior hasta las 23.00 horas. Aún así, hay quien no volverá al trabajo porque no lo ve viable. Lo cuenta Martín Pais, del restaurante Orixe: «Decidí que voy a aguantar hasta mayo cerrado, porque si entro en el juego y abro, para luego quizás volver a cerrar, me arruino. Ya lo hice dos veces y es terrible». Desde Compostela, otros locales sí preparan la vuelta con ilusión. Es el caso del restaurante Romero, comandado por Álvaro Romero: «Por fin podremos trabajar, a ver cómo va y a ver qué pasa. Nosotros cumpliremos las normas y esperamos poder seguir abiertos, porque las ayudas te pueden servir en un momento puntual, pero no es lo que se necesita».

Desde Ourense, completa la foto fija del sector hostelero gallego Natalia Núñez, del restaurante Vila Real. Lo tiene claro: «Abrir es un alivio, aunque abramos con más preguntas que respuestas». Y esa incertidumbre está en la carta de todos los bares.

Natalia Núñez, preparando la reapertura del restaurante Vila Real de Ourense
Natalia Núñez, preparando la reapertura del restaurante Vila Real de Ourense MIGUEL VILLAR

Locales que por precaución no reservan para cenas ni comidas de empresa

 Hace tiempo que la hostelería gallega señala que debería tomarse al sector como una solución y no como un problema. E insiste en que cuanto más se vaya a los bares más se evitan las reuniones en entornos familiares, que es donde se produjeron muchos brotes de coronavirus. Los empresarios ponen como aval que ellos cumplieron las normas desde el minuto cero y dicen que lo seguirán haciendo. En esa línea, señalan que muchos establecimientos ya no hacen reservas ni para cenas ni para comidas de empresa, en aras de que no proliferen ese tipo de reuniones y conscientes de que actualmente no se sabe qué normas va a haber a medio plazo. «No podemos hacer esas reservas porque no sabemos lo que va a pasar, y no sería justo ni para nosotros ni para los clientes», señalan desde el restaurante Romero de Compostela. La incertidumbre es grande y, de momento, la consiga del sector es ir «pasito a pasito».

Publicadas las ayudas para adecuar las terrazas y para material de envasado

El Diario Oficial de Galicia daba cuenta ayer de la nueva línea de ayudas, por valor de tres millones de euros, para los sectores de la hostelería y la restauración. En este caso, se trata de subvenciones autonómicas destinadas a la adecuación de los espacios exteriores, las terrazas, y también para adquirir elementos de envasado de comida y bebida para la entrega a domicilio o recogida en el local.

Concretamente, esta línea de apoyos directos cubrirá el 80 % de la inversión que realicen los autónomos o las pymes de menos de 50 trabajadores, desde un mínimo de 1.500 euros a un máximo de 25.000 euros. Por tanto, la ayuda mínima será de 1.200 y la máxima de 20.000. Además, se incluye un anticipo.

El conselleiro Economía, Empresa e Innovación, Francisco Conde, se refirió ayer a la publicación de estas ayudas en el boletín e hizo hincapié en que «unha das maiores prioridades da Administración autonómica é apoiar os sectores máis afectados polo impacto da pandemia». Así, recordó: «Está en marcha o plan de rescate para persoas autónomas, hostalería e micropemes, dotado con 84 millóns de euros, que se complementa tanto coas axudas que hoxe se publican no DOG como coa nova liña por dez millóns de euros a través da cal se concederán préstamos con xuros baixos e próximos ao 0% ».

Conde señaló que las ayudas son fruto de una labor de coordinación entre la Xunta de Galicia y el sector y reclamó que el Gobierno central se sume cuanto antes a esta línea de cooperación.