Los «Jubiletas» apuestan por el envejecimiento activo

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

De Vella a Bella quiere potenciar el ejercicio intelectual después de los 60

08 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Se comunican entre ellos a través de un chat de WhatsApp que ya lo dice todo. Se llama «Jubiletas». Por esa vía quedan para trabajar en su proyecto y también fijan reuniones virtuales. Es la intendencia de una iniciativa coral que acaba de ver la luz en Pontevedra de la mano de un grupo de jubilados. La impulsora de este proyecto de envejecimiento activo en un sentido muy amplio es Ana Santos, exprofesora del IES Valle Inclán de Pontevedra. Antes de pasar oficialmente a esta nueva etapa vital ya venía dándole vueltas a la idea.

Ella lo explica. «Empezó como un proyecto para no quedarnos parados, qué podíamos hacer como personas mayores al llegar a los 60. Se trata de proponer actividades donde no nos sintamos los patitos feos». El abanico es muy grande y comprende catas de vino, obras de teatro, cine, actividades también con gente joven, todo bajo la pregunta de ¿qué pasa en Pontevedra?

Ana es la impulsora y una de las fundadoras. Los otros protagonistas son cinco exdocentes del Valle Inclán -Charo Valcárcel, Manuel Lastra, Benito Andrade, Isidro Cortizo y Sara Valenzuela- y un topógrafo, Pepe Cerdeira. Ana, Charo, Manuel y Pepe, que se incorpora un poco después, van desgranando qué es y lo que buscan con De Vella a Bella, como se llama la página web que han estrenado el pasado 1 de noviembre.

Los seis exprofesores del Valle Inclán ya compartían grupo de teatro. Cuando uno deja su actividad profesional «é perigoso estar mirando só para o teu», comenta Charo. Manuel añade que tenía muy claro que él no iba a ser «un xubilado de vixiar obras e dar de comer ás pombas». Respeta a quien elija esa forma de vida, pero este profesor que, al igual que Charo, enseñó gallego, dice que del mismo modo que hay que «hai que manter o corpo en forma con exercicio físico, hai que manter tamén o exercicio intelectual».

Cuentan que hubo algo de debate con el nombre del portal y que al final se optó por una «mistura de linguas» con el De Vella a Bella. Esa web, además de contar quiénes son sus fundadores, se articula en tres bloques principales: un apartado de entrevistas que realiza Ana y corrigen Charo y Manuel; otro de actividades semanales que hay en la ciudad y otros municipios; y un tercero de colaboraciones, entre ellas, artículos literarios, de exposiciones, poesía o textos de análisis político, cultural o científico.

¿A quién entrevista Ana, que fue profesora de Educación Física? A personas con más de 60 años y jubiladas que tengan relación con Pontevedra porque hayan vivido o vivan en la ciudad. «Hay desde médicos a agricultores», pone como ejemplo. Ana no es periodista, pero le gustan las historias. Son entrevistas que van acompañadas de vídeos. Respecto a las colaboraciones, todo el equipo insiste en que el suyo es un proyecto abierto a quien tenga cosas que contar o compartir. Solo hay dos condiciones, tener 60 o más años y estar jubilado.

Contra el edadismo

Los contenidos los sube Ana a la página y ellos se encargan de las actualizaciones. Solo contrataron a una persona para el diseño. Están abiertos a la sociedad y en contra del edadismo, remachan. Reflexionan también sobre el momento actual y los efectos de la pandemia en los que tienen más de 60. «Nin estudan nin traballan, que pasa con eles, é un dobre confinamento, un xa pola idade e outro pola situación», subraya Manuel. Pepe, que ya tenía un blog, está recogiendo y creando contactos para, de alguna manera, redescubrir la historia de Pontevedra. La web se completa con un blog de viajes, que recae en Benito y Sara. A través de algunos exalumnos y de una publicación en Facebook el proyecto está llegando a varios abuelos de la mano de sus nietos.

La charla en el coworking Arroelo se tiene que acabar, aunque la conversación toca aspectos sociológicos. Manuel admite que el eufemismo «clases pasivas» le cabrea sobremanera. Charo alude a la decepción y a la tristeza que sienten por haberse jubilado sin fiesta de despedida debido al covid. De nuevo, Manuel da en otra clave. Dice que son gente de la mal llamada tercera edad, cuando el concepto jubilado ha cambiado. Hoy son consumidores y votantes, además de muchas otras cosas que quieren compartir con su ciudad. Ahí queda el ofrecimiento.

África Rodríguez: «Son un modelo para el resto de ciudadanos»

África Rodríguez es una de las fundadoras del Espacio Arroelo, en la calle Michelena de la ciudad, un proyecto colaborativo donde se comparte mucho más que espacio físico y que cuenta con todas las medidas anticovid. Pero África es también exalumna de Ana Santos. A través de una videollamada participa y deja claro que el proyecto De Vella a Bella tiene mucho que ver con el espíritu con el que nació el coworking. «Después del covid, de las alianzas saldrá más activación ciudadana», comenta.

África colaboró con varias iniciativas impulsadas por Ana cuando todavía daba clase en el IES Valle Inclán, el que fue también su instituto como estudiante. «Con Ana es difícil no aventurarse en nuevas aventuras». Una de ellas es la asociación Ticket2Europe, con vocación internacional. Arroelo es el punto de reunión de los integrantes de De Vella a Bella y también de información.

África comparte esa filosofía de conocer a gente, sin importar la edad, y reconoce que a veces no es tan fácil a nivel tecnológico. El equipo del proyecto de envejecimiento activo se reúne los miércoles para trabajar. África se despide a través del teléfono, no sin antes trasladar otro mensaje sobre este grupo de jubilados. «Son un modelo para el resto de ciudadanos, no solo de ocio, sino de iniciativas y oportunidades profesionales para otra gente». Y de eso, ella, sabe mucho.