Amara Castro: «Cada uno necesita su tiempo para curarse las heridas, para perdonar»

PONTEVEDRA CIUDAD

CEDIDA

Un dramático suceso en Pontevedra es el origen de «El tiempo suficiente»

26 oct 2020 . Actualizado a las 12:43 h.

Partiendo de un hecho real ocurrido en la Alameda de Pontevedra en 1944, la muerte de su abuelo, Amara Castro construye con su segunda novela, El tiempo suficiente, editado por Maeva, «una saga familiar en la que las hermanas Telma y Celia leen juntas las memorias de su abuela Gala. Telma es enfermera y uno de sus pacientes está muy relacionado con un acontecimiento del pasado que marcó el destino de la familia para siempre. Es una novela ambientada en 1963 y en la actualidad. A medida que vayas leyendo encontrarás secretos de familia, amor, superación, personajes que atrapan y escenarios muy reales».

Eso sí, y como se suele decir, por necesidades de guion -en este caso, de la trama- el hecho real se traslada en el espacio y en el tiempo hasta situarse en Vigo en 1963. «Mi abuela se quedó viuda siendo muy joven de una forma muy dramática y tuvo que aprender a perdonar para poder seguir adelante», señala, al tiempo que inciden en que «en la novela hay mucho de ella, por supuesto, está su esencia, que era la de una mujer muy especial que supo reinventarse y empezar de cero, pero no es que la abuela Gala de esta historia sea exactamente mi abuela, sino que me he inspirado en ella para crear este personaje de ficción».

Tal y como deja entrever el título, el tiempo es otro de las protagonistas de esta novela, ya que, tal y como remarca Amara Castro, «cada uno necesita su tiempo para curarse las heridas, para perdonar a quienes nos hacen daño y, sobre todo, para perdonarse a uno mismo. Cuando acabas la novela, te das cuenta de que el título ha ido cobrando sentido a lo largo de las páginas.

La autora confiesa que el tiempo como concepto es algo que le interesa, por lo que «está muy presente en esta obra y supongo que lo estará también en el futuro. Mi padre me ha enseñado a dar gracias por la vida cada mañana. Es muy recomendable tener presente que cada día es un milagro y sería una pena dejarlo pasar sin saborearlo porque no vuelve, ‘‘nunca más jamás'' vuelve a ser hoy».

No duda en reconocer que escribir El tiempo suficiente «fue muy emotivo. He llorado y sonreído frente al teclado a partes iguales», pero también «laborioso, especialmente por la estructura narrativa que va trenzando el destino de dos familias en dos momentos diferentes. Me supuso un gran reto», señala al respecto..

Y aunque esta obra acaba de salir al mercado, Castro ya tiene la siguiente en perspectiva: «Estoy escribiendo la tercera novela y tengo alguna que otra que empieza a llamar a la puerta de mi mundo interior».