«Les han quitado la que es su casa y nos preguntan a qué colegio van a ir»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Familias de las niñas matriculadas en primaria en Verducido denuncian su situación

27 ago 2020 . Actualizado a las 08:45 h.

Las quejas y las sensaciones se repiten entre las familias de las cuatro alumnas matriculadas en primaria en la escuela infantil de Verducido, en Pontevedra. La Xunta, a través de una llamada de la Inspección, les ha trasladado que el centro no impartirá este nivel educativo el próximo curso y que deben buscar otro colegio para sus hijos, pero oficialmente y por escrito reiteran que no han recibido ninguna comunicación y que no existe una resolución en el DOG.

Roberto Pereira y Eva Ruibal son los padres de Sandra, matriculada en 2.º de primaria. Roberto cuenta que van a pelear hasta el final para que se mantenga primaria en su escuela porque «ahora no es el momento de cerrar la unidad». Sandra lleva desde los 3 años en Verducido y tiene otra hermana, Laura, que empieza en infantil. «Nos gusta este colegio, nos gusta la implicación de la dirección, siempre buscando actividades, y no se puede consentir que nos pisen nuestros derechos. Además no es el momento», remacha Roberto.

Luisa Díaz es la madre de Julia, también matriculada en 2.º de primaria en Verducido. «Es indignante que a quince días del inicio del colegio sigamos matriculados y que formalmente a las familias no se les haya dicho nada». Luisa relata que Julia le pregunta a qué colegio va a ir este año. Su madre dice que se le cae el alma a los pies. «En Verducido hay espacios de sobra, hay dos aulas libres y en esta situación sanitaria es incongruente cerrar la unidad de primaria». Esta familia tiene un bebé de diez meses en casa y cree que con menos niños en las aulas mayor seguridad. «La esperanza es lo último que se pierde, vamos a ir hasta el final. Nosotros somos de Pontevedra y elegimos este colegio por su proyecto educativo y a pesar de lo que conllevaba el desplazamiento». Si no hay solución, algo en lo que no quieren pensar, reclaman más tiempo para buscar un colegio más céntrico o lo más parecido posible en lo pedagógico a la escuela de Verducido.

Esteban Fontán es el padre de Lucía, matriculada también en 2.º de primaria. «Ya contábamos con el colegio y no es lo mismo una clase de 25 alumnos que de cuatro. Esta decisión, que no entendemos, nos complica mucho la vida», subraya. Esta familia vive a 200 metros de la escuela y la alternativa que le dan es el CEIP Santo André de Xeve, adonde está adscrita la escuela de Verducido, y que le queda a tres kilómetros. «La directora se jubila este año y la verdadera intención de la Administración es cerrar la escuela y ahorrarse unos miles de euros», sentencia. Lucía pregunta a sus padres por sus compañeros y teme comenzar en otro centro donde no conoce a nadie. «Por lo menos que hagan una excepción este año», afirma Esteban.

Ana, matriculada en 1.º de primaria, es la hija de Luis Rey, que ejerce como portavoz de la comunidad educativa de Verducido. A sus 6 años sabe de la amenaza de cierre de la escuela. «Está triste, a veces llora, y emocionalmente esto no es fácil para los niños, que están acostumbrados a un entorno y a unos compañeros». Esta familia optó por Verducido también por su proyecto educativo: «No es solo un colegio. Es un contexto cultural y vital, todas las asociaciones de la parroquia van allí, hay huerta y los niños hacen mediación con los más pequeños. Les han quitado la que es su casa y nos preguntan a qué colegio van a ir».