El plan contra el feísmo urbano llega a los vecinos

S.B. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CONCELLO DE PONTEVEDRA

El Concello informa sobre los 828 elementos que «distorsionan» el paisaje urbano

02 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Buscar soluciones para aquellos elementos que «distorsionan» el paisaje urbano de Pontevedra es el objetivo del ambicioso plan municipal para acabar con el feísmo, que en una primera fase localizó nada menos que 828 elementos sobre los que actuar. Principalmente, vallas publicitarias, muros de contención, medianeras y parcelas de difícil aprovechamiento urbanístico.

El concejal de Urbanismo, Xaquín Moreda (BNG), impulsor de la iniciativa, se ha puesto a trabajar ya en la segunda fase del plan, que consiste en trasladar a los vecinos los resultados del primer diagnóstico, llevado a cabo por un equipo técnico, que detectó esos 828 elementos. La idea, explican desde el Concello, es «dar a coñecer entre a veciñanza o obxectivo do plan e poñer en común os elementos que desentoan en cada barrio, de cara a incorporar posibles novas achegas». Esta semana, Moreda mantuvo encuentros con la asociación Salcedo Norte, con representantes de la asociación de vecinos de Eduardo Pondal y de la Asociación Sociocultural do Burgo. En las próximas semanas están previstos encuentros con entidades vecinales de Campolongo, San Roque y Centro Leste.

A partir de las reuniones, se abrirá un período para que las los vecinos trasladen al Concello aquellos elementos que creen que desentonan en el paisaje urbano en sus barrios, con el fin de incorporarlos en el Plan. La idea es completar y cerrar la fase de diagnóstico en otoño.

En las reuniones, Moreda y Evelio Sánchez -arquitecto coordinador del equipo que llevó a cabo el trabajo de campo- explican a los vecinos las tipologías de elementos detectados y su ubicación. Tras los primeros encuentros se está constatando que los elementos de menor relevancia pasan desapercibidos para los vecinos, mientras que los de mayor impacto visual, como las vallas publicitarias, son vistos como «antiestéticos e mesmo perigosos».