Dos hermanos de Pontevedra destrozan una lancha recién adquirida contra una batea

Alfredo López Penide
López Penide SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CEDIDA

Ambos tuvieron que ser asistidos en centros sanitarios

20 jul 2020 . Actualizado a las 18:18 h.

Pasada la medianoche de este sábado al domingo, un fuerte estruendo en mitad de la ría de Pontevedra puso sobre alerta a los servicios de emergencias. Una lancha del tipo Monterrey de algo más de seis metros de eslora acababa de impactar brutalmente contra una batea, confirmaron ayer desde la Guardia Civil de Pontevedra.

A bordo, dos hermanos con domicilio en Pontevedra que recientemente habían adquirido esta embarcación en un conocido negocio de la villa turística. De hecho, la lancha fue matriculada este mismo año.

Se desconocen las circunstancias en las que se produjo el accidente. En cualquier caso, ambos, y pese a los graves daños que presentaba la embarcación y el aturdimiento que les provocó el accidente, consiguieron navegar hasta los pantalanes de Nauta Sanxenxo «como pudieron».

La Guardia Civil se hizo cargo del caso comprobando que se trataba de dos hermanos de Pontevedra con edades comprendidas entre los 26 y 28 años, así como verificaron que precisaban de asistencia sanitaria.

De hecho, el que presentaba las heridas más graves tenía un fuerte golpe en la cabeza con una aparatosa herida abierta de la que manaba abundante sangre, añadieron fuentes conocedoras de lo ocurrido, y que, a buen seguro, iba a necesitar puntos de sutura, Además, se encontraba aturdido, al igual que su hermano, si bien este último no presentaba, en principio, ningún tipo de lesión de gravedad.

En un primer momento, fueron trasladados al centro de salud de Baltar para, acto seguido, ser derivados al Hospital Montecelo.

Servicio anterior

Se da la circunstancia de que, horas antes de este servicio, la Guardia Civil había auxiliado a otra embarcación que se encontraba a la deriva por un fallo del motor en las inmediaciones del islote Las Estelas. En ella, navegaban dos adultos, otros tantos niños y un perro.

Con base en la Escuela Naval de Marín, la Guardia Civil del Mar, tras localizarles, los remolcó hasta el puerto de Baiona.