«Estamos parados desde enero viviendo de nuestros padres»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Diana y Elías llevan cinco meses con la obra de ampliación paralizada y su panadería artesana cerrada

09 jun 2020 . Actualizado a las 13:01 h.

Elías del Solar y Diana Montero ya no pueden tachar más días en el calendario sin empezar a trabajar. Cuando en enero comenzaron las obras de su panadería artesana para ampliar el negocio y dotarlo de algunas mesitas para poder tomar también un desayuno saludable, nunca pensaron que sería el punto de partida de un calvario que cinco meses después les impide abrir la puerta de Pumpernickel, un negocio que echó a andar con este matrimonio en el 2017. «Vendemos salud en nuestros productos y nos estamos quedando sin ella», explica Montero. Las trabas burocráticas que se encontraron al meter el martillo los ha dejado paralizados. Según explican sus propietarios, a finales del año pasado decidieron ampliar su local y alquilar el bajo contiguo, que hasta ese momento había estado en manos de Coren. Firmaron los papeles del alquiler y comenzaron los problemas. «Nadie nos dijo nada de la situación. Un vecino había denunciado una chimenea que supuestamente estaba ilegal y no sabíamos nada», señala. Ese fue el punto de partida del parón al que los obligó el Concello de Pontevedra. En medio de todo ese proceso burocrático, llegó el estado de alarma para ralentizar aún más la situación. «Saben la necesidad que tenemos de empezar a trabajar, ahora se ha arreglado lo de la chimenea, pero nos dicen que tenemos que seguir esperando», explica este matrimonio, que reconocen que están «enmarronados» tras alquilar un bajo sin saber qué tenía detrás.

Elías y Diana tiene dos niñas pequeñas y desde hace meses ven que sus padres no van a trabajar. «Estamos parados y vivimos de nuestros padres, pero si el próximo mes no podemos abrir, no es sostenible económicamente», explica Montero, que lamenta haber llegado a esta situación con un negocio que funcionaba «de maravilla» y del que dependían siete familias. «Estamos esperando a regresar para recuperar a las siete personas que teníamos. Cuando acabemos la obra volverán», subrayan estos empresarios, que optaron por emprender para dar a la ciudad un nuevo concepto de negocio basado en productos ecológicos y saludables.

Desde el Concello, la concejala de Promoción Económica, Yoya Blanco, se ha puesto en contacto para conocer los pormenores de la obra, pero el proceso está en Urbanismo, de donde esperan que salga cuanto antes.