Los bautizos se suspendieron durante los momentos más duros del estado de alarma
31 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Cristina Segovia y Juan García dieron la bienvenida a su primogénito, que se llama como el padre, el 16 de enero. Lo querían bautizar en Santa María, en Pontevedra. Su preferencia por este templo es por una evidente vinculación sentimental. «Yo hice allí la primera comunión y la confirmación porque yo era de ese barrio. Queríamos hacerlo allí porque además tenemos buen trato con don Javier, que es encantador», añade Cristina. Los padres llegaron a valorar con el párroco posibles fechas a finales de mayo y también pidieron presupuestos a diversos locales.
Estalló la pandemia, se declaró el estado de alarma y todo cambió. «Esto fue un poco de trastorno porque si bien es cierto que íbamos a invitar a los familiares más directos, como los abuelos, los tíos, los primos y alguno más, ahora cuando lo celebremos sí que vamos a restringir más el número de invitados», explica Cristina. Todos comprenden la situación excepcional que se vive. «La familia nos había recomendado bautizar al niño, y solo con los padres, los padrinos y nosotros»
Se han visto obligados a preguntar en varias parroquias y se están poniendo al día con el protocolo. «Me gustaría hacerlo en junio si se puede», apunta Cristina. Entiende que para esas fechas, será posible un pequeño aperitivo familiar, con solo los abuelos y los tíos directos. «Como parece que las cosas están yendo un poquito mejor, a nosotros nos apetece hacer una celebración con los familiares, reunirnos». Con la reapertura gradual, Juan explicó que ahora toca retomar el tema.
Al menos, aunque los viajes interprovinciales aún siguen prohibidos, la familia más directa del pequeño Juan sí podrá estar en su bautizo, aunque la restricción se prolongase más, porque «toda la familia somos de Pontevedra ciudad», precisó.