Koki, el gato que sobrevivió a 17 tiros, vive ya como un marqués

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

cedida

Al animal  lo cosieron a balinazos en diciembre y tuvieron que quitarle un ojo. Ahora, se trasladó a vivir a Vigo y hasta tiene un hermano felino

11 feb 2020 . Actualizado a las 08:24 h.

Ha pasado poco más de un mes desde que Koki, un valiente gato de color gris, pasó por un duro trance. Salió de garbeo por Lérez (Pontevedra), por el sitio donde vivía, y tardó varios días en volver a casa. Cuando apareció, estaba malherido. Le habían cosido a balinazos; solo en la cabeza tenía 17 disparos. El felino sobrevivió, pero la recuperación no fue nada fácil. Eso sí, algo más de un mes después, el drama parece superado. La familia de Koki prefirió que no siguiese en Lérez, entrando y saliendo de casa, y se lo llevó a vivir a Vigo. Allí, todo hay que decirlo, lleva una vida de lo más apetecible. Divide el día entre mimos, sofá, comida y, por supuesto, juegos con su nuevo hermano y compañero de fatigas, otro gato llamado Klaus.

Su dueño es el padre de Laura Pereira, la joven que se encargó de llevarlo al veterinario y cuidarlo en los días tan difíciles que pasó. Cuenta ella que a Koki, a consecuencia de los balinazos, le tuvieron que quitar un ojo. Cuando se había recuperado de esa intervención, se le infectó un balín debajo de la lengua y tuvo que volver a pasar por el quirófano. «Lo pasó bastante mal y algunos balines no se los llegaron a quitar porque se supone que ni le hacen daño ni van a soltar plomo, así que no tiene riesgo de intoxicación», explica Laura.

A partir de ahí, Koki dejó su vida de gato en semilibertad -estaba en casa pero le dejaban salir a dar paseos por Lérez- y se convirtió ya en un felino urbano, con el sofá como gran objeto del deseo. Dice Laura que tuvo algún episodio de estrés postraumático y que se le veía muy temeroso, pero ahora ya socializa con Klaus y se muestra muy cariñoso con la familia. Dado su historial, ahora cuenta con un seguro por si le ocurre cualquier cosa. Laura se ríe y matiza: «Es el único de la familia con seguro completo».

Los vídeos de Koki jugando y lamiendo a su compañero de juegos Klaus lo dicen todo de su felicidad. Dice su familia que ha vuelto a demostrar que es un superviviente. Porque, antes de los 17 tiros, ya debía arrastrar un pasado dramático. No en vano, la familia de Laura llegó a hacerse su dueña porque el animal apareció un día hambriento por su finca de Lérez, le dieron de comer y ya nunca más se marchó. Tiene unos tres años. Así que le queda tiempo para disfrutar de su relajado retiro en Vigo.

Presentaron denuncia ante el Seprona pero aún no hay resultados

A finales de diciembre, Laura Pereira no solo se ocupó de cuidar a su gato malherido tras haber sido disparado. Reunió los informes veterinarios oportunos, en los que certificaban que Koki había sido cosido a balinazos, esta joven acudió a presentar una denuncia tanto ante la Policía Local de Pontevedra como ante el Seprona. Pero, de momento, no tuvo noticias de que se esclareciese lo ocurrido. No le quedan ya muchas esperanzas: «Me preguntaron si tenía sospechosos y la verdad es que no los había. No sabemos quién pudo hacer algo así. Quisimos denunciar para ver si no lo vuelve a repetir», dice.