El padre borracho que denunció que perdió a su hija y la había llevado a casa de la abuela

m.hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Participar en los servicios humanitarios de la policía local requiere, a veces, grandes dosis de paciencia

12 ene 2020 . Actualizado a las 12:25 h.

Participar en los servicios humanitarios de la policía local requiere, a veces, grandes dosis de paciencia. Porque el número de falsas alarmas y embrollos es grande. Sin ir más lejos en el tiempo, a mediados de diciembre, un padre bastante ebrio denunció que estaba en el mercado de Pontevedra y que desapareció su hija de dos años. Agentes de la Policía Nacional y Local empiezan a buscar a la niña. Es más, se activan todas las patrullas. Al final, se descubre que la cría estaba en el domicilio de su abuela, en el centro de Pontevedra. Y que, por raro que parezca, fue el padre, el mismo que dijo que la niña había desaparecido, el que la dejó allí.

Afortunadamente, un elevado casos de las alertas por desapariciones, al igual que esta, se solventan rápidamente. Aunque, a veces, desafortunadamente, no tengan un final completamente feliz. En el mes de octubre, por ejemplo, llamó una madre alertada dado que su hija había salido de A Coruña hacia Pontevedra sobre las 13.00 horas y, al atardecer, seguía sin dar señales de vida. La mujer temía que le hubiese podido pasar algo, porque la muchacha no cogía el teléfono. La Policía Local de Pontevedra no tardó en localizarla. Estaba perfectamente. Dijo que no respondía a su madre porque no quería hablar con ella.