Las recetas de las abuelas, un tesoro por recuperar y un recurso pedagógico

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Un profesor y cinco alumnos del CIFP Carlos Oroza colaboran con el proyecto nacional Los Recetarios

10 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto nació el pasado verano. Cuatro periodistas gastrónomas de Bilbao, Madrid y Barcelona están al frente de Los Recetarios. Son Carmen Alcaraz del Blanco, Ana Vega -Premio Nacional de Gastronomía 2019-, Helena Vaello y Gabriela Lendo. Su propósito es recopilar y digitalizar recetas y recetarios domésticos familiares, manuscritos o mecanografiados. Defienden sus impulsoras que detrás de cada receta hay conocimiento, economía, ciencia y también, por qué no, voluntad de transmisión. Su empeño por recuperar esos tesoros que se están perdiendo llegó a manos de un profesor del CIFP Carlos Oroza de Pontevedra. Ricardo Fernández Guerra supo del proyecto del recetario a través de Twitter. «Pareceume moi interesante recoller esas receitas de avoas, nais ou tías que se van perdendo. Pensei que sería algo bo para o alumnado porque quizais estamos demasiado centrados na alta cociña», cuenta.

Este docente lo explica con un ejemplo muy ilustrativo. «Non se fala de facer unhas lentellas, pero si de esferificación de lentellas». Recogiendo la idea de las cuatro periodistas planteó este curso a los 14 alumnos de su asignatura del ciclo superior de Dirección de Cocina una tarea voluntaria para conseguir un punto extra. O leer artículos de prensa sobre hostelería o sumarse al proyecto del recetario poniendo un plazo de entrega para el material.

De los catorce estudiantes se sumaron cinco, además de las recetas que aportó el propio Ricardo. En total facilitarán más de 60 recetas, todas ellas elaboradas por mujeres. Aitor Martínez, de Pontevedra, Lara Sanmartín, de Vigo, y Claudia Espinel, colombiana afincada en O Porriño, señalan por qué decidieron sumarse. «Mi abuela cocinó siempre y acabó trabajando en un colegio como jefa de cocina. Me gustó investigar y de alguna forma también es un homenaje a ella», relata Aitor. Su abuela es María del Carmen Martínez, Carmiña, fallecida en el 2013. Esta madre soltera de un niño en una época muy difícil y penúltima de 15 hermanos, se enamoró de la cocina y cuando se jubiló dio clases en varias asociaciones. De todas sus recetas, Aitor se queda con su estofado de lengua de vaca, al que le dará «una vuelta».

Lara subraya la contribución para que no se pierda esa cocina tradicional gallega. Esta chica, que estudió antes Lenguas Extranjeras, rescató propuestas de su abuela y de una tía, además de una señora de 86 años, Argentina Martínez, que le donó la receta de su torta de chicharrones. Por su parte, Claudia recurrió a la familia que tiene en Murcia. «Quise participar porque me pareció una iniciativa muy bonita para destacar el valor de la cocina tradicional». Su madrina de Murcia, Juani, le aportó material y de todas sus recetas se queda con la tarta de queso.

Dar continuidad a las propuestas con un menú que se degustará en el restaurante

Las creadoras de Los Recetarios difundirán todo el material recopilado en una página web. Además de las recetas manuscritas o mecanografiadas, también recogen pequeños vídeos con recetas de abuelas vivas, ya que en muchos casos no hay prueba documental. Un proyecto que también quiere ensalzar el trabajo que las mujeres hacían en la cocina, dando visibilidad a lo invisible.

En el CIFP Carlos Oroza de Pontevedra no se quieren quedar en la colaboración de este curso. El profesor Ricardo Fernández Guerra cuenta que la idea es que el valor pedagógico de esas recetas de antes forme parte del currículo del ciclo de Dirección de Cocina. Con todo el material recopilado propondrán una actividad para este curso si da tiempo o para el próximo. Consistirá en elaborar un menú completo con esas recetas que después se servirá en el restaurante Álvaro Cunqueiro del centro educativo. ¿Los comensales? Autores de las recetas que estén vivos y familiares. Ricardo, con la ayuda de su madre, aportó recetas mecanografiadas de Merucha de Pego que incluyen dibujos a mano.

Los tres alumnos ven su futuro profesional en la cocina. Aitor Martínez, de 26 años, se matriculó en el ciclo superior tras hacer el medio. Dice que empezó tarde a formarse, pero está encantado y muy orgulloso de todo el saber de su abuela Carmiña. Lara Sanmartín, de 24 años, cree que el grado en Lenguas Extranjeras de la Universidade de Vigo le será útil en la cocina, «algo que siempre me gustó». Claudia Espinel, de 23 años, estudia Dirección de Cocina después de hacer otro ciclo de Dietética. «Siempre había tenido la cocina como un hobby, pero estoy muy contenta en el Carlos Oroza a pesar de que tengo que venir desde O Porriño todos los días».