Comando Mazá condena la agresión machista ocurrida en Nochebuena

c. b. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

ADRIÁN BAÚLDE

El colectivo depositó manzanas en la puerta de la Audiencia Provincial a modo de protesta

29 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Visibilizar todas las agresiones machistas que se produzcan en Pontevedra y su entorno. Fue el acuerdo que adoptó el llamado Comando Mazá y por ese motivo este sábado depositaron manzanas en la puerta de la Audiencia Provincial. Para estas mujeres esas manzanas son «un símbolo de protesta contra a sociedade patriarcal na que vivimos».

Comando Mazá invita a participar en sus acciones a todas las personas que luchen contra la violencia machista. Con la acción de ayer quisieron denunciar la última agresión machista ocurrida en el municipio de Pontevedra. Aluden a la detención que se produjo en la madrugada del pasado 25 de diciembre por parte de la Policía Local de Pontevedra. Los agentes arrestaron ese día a un hombre por una supuesta agresión a su mujer y a su padre en una vivienda de Mourente. Según el atestado policial, las dos víctimas presentaban lesiones de diversa consideración. La mujer tenía heridas en una mano y en la cabeza después de haber sido empujada por las escaleras, mientras que el padre del agresor presentaba daños en un ojo y la boca. El progenitor recibió los golpes cuando quiso interceder entre su hijo y su pareja.

Integrantes de Comando Mazá estuvieron dos horas ante la Audiencia Provincial. Con esa iniciativa quieren manifestar «o noso apoio a todas as mulleres que foron e que aínda seguen a ser vítimas de violencia, así como denunciar publicamente a posición na que pretende colocarnos ás mulleres». Si el 4 de diciembre, tras otra agresión machista en Monte Porreiro, habían llevado sus manzanas a la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, ayer cambiaron de escenario y se concentraron ante la Audiencia.

El mensaje de Comando Mazá es el mismo. «Non queremos ocupar o sitio que nos teñen destinado, queremos outro lugar onte sentirnos seguras, onde poidamos desenvolver as nosas vidas sen agravios, sen violencias e sen chantaxes que nos avisan da perda dese ‘edén’ construído para nós polo noso ben. Queremos ser libres para decidir sobres as nosas vidas».