Ojo: aquí hay cráteres urbanos

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Cráteres urbanos en Pontevedra
Cráteres urbanos en Pontevedra RAMON LEIRO

Más de un mes de intensas lluvias casi a diario provocan la aparición de baches en distintos puntos del casco urbano

27 ene 2020 . Actualizado a las 11:16 h.

Desde hace algo más de un mes la lluvia no ha dado tregua a las Rías Baixas. Prácticamente no ha habido ni un solo día que no estuviera pasado por agua, algunos con auténticas trombas. Y eso se deja sentir en los espacios públicos. Una de las consecuencias directas de la abundancia de precipitaciones se hace visible en el asfalto en forma de baches que los conductores tienen que ir sorteando.

Aunque Pontevedra no es una ciudad especialmente afectada por ello -gracias a que en los últimos tiempos se llevaron a cabo campañas municipales de repavimentación que abarcaron la práctica totalidad del casco urbano- sí hay algunos puntos más sensibles, donde los baches se dejan sentir.

Hay lugares donde se puede hablar directamente de socavones, más o menos grandes, pero de cierta profundidad. Como la calle Pedro Mariño de Lobeira, en el entorno del Campo da Torre, donde hay un bache notable. No es demasiado extenso, pero sí profundo. Y «crece» día a día, según alertan los vecinos.

De hecho, hay quien ya se lo ha tomado con humor, y una residente en la zona subió ayer mismo una foto a las redes sociales con unos patitos de goma en medio de este socavón, lleno de agua. «Después de más de un avisando para que vengan a parchear la calle, ya vienen los patos a visitarnos», criticaba esta vecina en Facebook.

Hay otros puntos de la ciudad donde las intensas lluvias han provocado otro tipo de afecciones. Son zonas en las que el asfalto aparece «cuarteado», como las calles Palamios o Cobián Roffignac; o directamente se aprecia como una zona recientemente reasfaltada está totalmente hundida, como sucede en Casimiro Gómez. En este caso, el hundimiento el asfalto obliga a los vehículos a desviarse para evitarlo, lo que les lleva a acercarse peligrosamente a los que están aparcados.

Aparcamientos de Costas

Pero la palma de los baches urbanos se la llevan dos de los estacionamientos disuasorios más utilizados. El de Mollavao y, especialmente, el que hay frente al pabellón de deportes, donde directamente se puede hablar de «cráteres».Ninguno de estos casos son en el asfalto, sino en un suelo de grava que no soporta la lluvia. El problema es que ambos están ubicados en terrenos de Costas, y el organismo estatal no permite llevar a cabo actuaciones permanentes sobre ellos, por lo que el Concello apenas puede tapar de vez en cuando (cuando Costas lo autoriza, no más de dos o tres veces al año) los baches con más gravilla. Y claro, en cuanto vuelve a llover, las zonas se llenan de nuevo en trampas para los coches... y los conductores.