Apenas restan diez calles por rehabilitar en el centro histórico

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

El Concello espera completar en este mandato la renovación de servicios en la zona

17 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Pontevedra inició hace veinte años un camino sin retorno: el de la reforma urbana. Se trata de una iniciativa municipal que si bien ha trascendido por su filosofía peatonal y por su diseño estético, incluye también un profundo cambio que no se ve pero que resulta igualmente determinante: la renovación de los servicios subterráneos.

Una de las zonas en las que más cuidado se puso es el centro histórico, que fue objeto de la primera medida adoptada por el gobierno local del BNG en agosto de 1999, cuando apenas un mes después de la toma de posesión de Miguel Anxo Fernández Lores como alcalde se tomó la decisión de peatonalizarlo. Paralelamente, se inició un largo (y costoso) proceso de rehabilitación de las calles y plazas de la zona monumental, obras cuya gestión ha estado en estos veinte años en manos de concejales del BNG (César Mosquera, Luis Bará, Demetrio Gómez, Xaquín Moreda), y del PSOE (Teresa Casal).

El balance veinte años después es contundente: actualmente apenas restan una decena de calles o espacios públicos sin rehabilitar en el centro histórico. El actual responsable de estas actuaciones, Xaquín Moreda, confía en que en este mandato se ejecuten esas obras que restan. «Quedan pendentes intervencións en 10 rúas e espazos públicos no casco histórico. Pouco a pouco imos avanzando e esperemos que neste mandato se non están todas, que falte unha como moito para acabar de recuperar a zona monumental de Pontevedra».

Tal vez el espacio más emblemático de los que restan por rehabilitar sea la plaza de A Pedreira, donde se ubica el pazo de Mugartegui. También las calles San Martiño (actualmente en obras), Sor Lucía, Barón, Figueroa y Aduana; la Praza do Peirao (la zona ajardinada); y tres espacios más: el entronque de Pasantería con Aduana: el de la Enfesta de San Telmo con la plaza do Peirao; y el de Paio Gómez Charino con la plaza de España, junto a la Casa Consistorial.

La rehabilitación de estas calles acarrea no solo la sustitución del pavimento (sobre el que hay todo tipo de opiniones), sino también la de los servicios, especialmente agua y alcantarillado.

Las «distintas velocidades» entre el Concello y las empresas de servicios

 

 

Además de la rehabilitación en superficie incorporando estándares de accesibilidad universal, las obras que se llevan a cabo en calles y plazas del centro histórico incluyen siempre trabajos bajo tierra: la renovación de las conducciones de agua y alcantarillado, separación de pluviales donde es necesario, canalización de gas y fibra, renovación del sistema de alumbrado y canalización de la red eléctrica. Es decir, que el Concello deja listas las calles para que las empresas de telefonía puedan llegar a las viviendas, las de gas puedan conectar directamente la red, o las eléctricas puedan llegar a eliminar el cableado de las fachadas.

Sin embargo, no siempre es así. Recientemente, en una visita a las obras de la rúa San Martiño, el concejal Xaquín Moreda lamentaba que «desde o Concello poñemos todo da nosa parte, pero as empresas subministradoras de enerxía funcionan a velocidades diferentes». Se refería en concreto a los cables que siguen afeando las fachadas y cuya desaparición se comprometió hace años, pero no se ha llegado a materializar.