Medirán la contaminación antes y después de las reformas peatonales

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

La remodelación de Loureiro Crespo incluirá mediciones ambientales antes de las obras

26 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Se medirá el tráfico, la contaminación acústica y lumínica y la población y actividad económica

El Concello de Pontevedra prevé acometer a lo largo del 2020 uno de las obras de reforma urbana más esperadas y con mayor inversión (2,9 millones de euros, incluyendo las mejoras): la transformación de Loureiro Crespo y del barrio de O Castañal. Además, será el primer proyecto que incluirá la toma de datos medioambientales para poder medir, «de forma científica e contrastada» los efectos de la reforma urbana.

La concejal de Promoción da Cidade, Anabel Gulías (BNG), explicó que se trata de una «experiencia piloto» enmarcada en el programa Efecto PO2. La idea es medir diferentes valores antes de la ejecución del proyecto y una vez concluidas las obras, de forma que se pueda poner en comparación el antes y el después de una zona sometida a una obra de reforma integral.

El Concello ya ha empezado la toma de datos con la instalación de aforadores de tráfico en la calle Loureiro Crespo. De esta forma, se podrá contar con datos actualizados de cuántos vehículos transitan a diario por la zona. El objetivo es repetir la experiencia una vez que remate el proyecto y entre en servicio la nueva fisonomía de la calle -que tendrá un solo carril de circulación- de modo que se puedan establecer comparaciones.

El dato del tráfico es fundamental para poder medir de manera real la incidencia de la reforma urbana en la eliminación de tráfico en el centro de la ciudad y, sobre todo, los efectos medioambientales en lo que se refiere a reducción de gases de efecto invernadero, lo que incide directamente sobre la calidad del aire en la zona.

Datos de finales de los 90

Hasta ahora se viene dando por bueno -y así se expone en foros nacionales e internacionales en los que participa el Concello- que la transformación urbana ha eliminado un 66 % de emisiones de gases procedentes del tráfico. Ese dato no es baladí, sino que se calcula tomando como referencia las cifras de un plan de tráfico de finales de los años 90 y las obtenidas por los aforadores municipales una vez ejecutadas las reformas en el centro.

Ahora, al amparo del Efecto PO2, se quiere ir un paso más allá. Por un lado, actualizando los datos referidos al tráfico. En el caso de esta experiencia piloto, analizando los datos de Loureiro Crespo y de las calles del barrio de O Castañal que se incluyen en la reforma: Ernesto Caballero, Ramón Cabanillas, Forcarei, Ángel Amor Ruibal, Mestre Soutullo y Praza das Regas.

Pero irá más allá y en la toma de datos para establecer una comparativa posterior se medirán otros factores. Como los niveles de contaminación acústica y lumínica. Para ello se prevé invertir en torno a 20.000 euros para que sendas empresas especializadas puedan llevar a cabo las correspondientes mediciones antes de fin de año y una vez que entren en servicio los cambios previsto una vez rematada la ejecución del proyecto.

También se baraja incluir en el futuro estudio otros factores, un análisis poblacional de las calles a reformar y también un censo de la actividad económica en el barrio antes y después de la ejecución de la reforma urbana.

La obra podría ser adjudicada antes de finales de año y ejecutada a lo largo del 2020

Con la incorporación del barrio de O Castañal a un proyecto que inicialmente iba a ceñirse exclusivamente a Loureiro Crespo, el presupuesto previsto pasó de 1,9 a 2,5 millones de euros, a los que hay que sumar cerca de cuatrocientos mil euros en mejoras.

El proyecto está en fase de contratación, y el gobierno local confía ena adjudicar las obras antes de que remate el año. Con un plazo de ejecución de once meses -que podría ser rebajado en las ofertas- se confía en que las obras ocupen buena parte del año 2020.

El plan previsto para Loureiro Crespo prevé actuará desde ella rotonda de la avenida de Lugo hasta la plaza peatonal frente al hospital, quedando todo el tramo con un solo carril de circulación, con aceras más amplias y arbolado en prácticamente toda la zona de actuación.

En cuanto al resto de calles en las que se actuará, hay dos diseños. Por un lado, el tramo de

Ernesto Caballero desde Loureiro Crespo hasta Ramón Cabanillas y esta última calle mantendrán un carril de circulación y aceras. Ambas calles incluirán mobiliario urbano y se contempla la posibilidad de instalar alcorques para facilitar la plantación de árboles.

En cuanto al otro tramo de Ernesto Caballero y las calles Forcarei, Amor Ruibal y Mestre Soutullo, por sus dimensiones más estrechas quedarán como zonas de plataforma única, con preferencia peatonal.

Además, habrá una pequeña actuación en algunas esquinas de la Praza das Regas para que haga de distribuidor del tráfico, a modo de gran rotonda.