«No es tan romántico dar teta, a veces la das mientras revuelves las lentejas»

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Vanessa, presidenta de Teta Meiga en Pontevedra, acumula cinco años y siete meses como mamá lactante

04 oct 2019 . Actualizado a las 08:05 h.

Vanessa García va por la vida con la sonrisa y la tranquilidad puestas. Seguramente, la procesión de criar a tres hijos y trabajar al mismo tiempo va por dentro, pero de cara a la galería insufla ánimos a quien decida tener familia numerosa y apostar, como ella, por la lactancia materna. Porque Vanessa, natural de Venezuela y afincada desde hace años en Pontevedra, es la presidenta de Teta Meiga y es también mamá lactante.

Acumula cinco años y siete meses dando teta, en los que, eso sí, tuvo algún período de descanso. Dice que para ella alimentar con leche materna a sus pequeños es, simplemente, «el día a día». Y rompe una lanza por convertir la lactancia en algo natural y cotidiano: «No es tan romántico dar teta, a veces la das mientras revuelves las lentejas con la otra mano o haciendo lo que sea, esa es la realidad y no hay que ocultarla, es el día a día, lo natural. La teta no es solo alimento, es mucho más, es mamá al 100 %, pero hay que quitarle romanticismo».

Vanessa tiene tres hijos, de 8 y 6 años y un pequeño de siete meses. Entre los dos primeros apenas tuvo parón como madre lactante.

Y ahora está dando pecho al tercero. Está feliz. Si se le pregunta cómo se apaña para dar teta, trabajar y criar a otros dos hijos, contesta así: «Primero, hay que pedir ayuda, por supuesto. Segundo, la teta es lo más fácil que hay, porque tienes todo contigo, no hace falta cargar con biberones. Y, tercero, en mi caso me llevo a mi hijo pequeño a trabajar. Cuido a otros niños y me lo llevo a él también, así que darle el pecho es un acto cotidiano, algo totalmente natural», indica.

Reconoce que no todas las mujeres pueden llevar a sus hijos a trabajar, ni mucho menos, e indica: «Está claro que cada mujer y cada familia es un mundo y hay que respetar siempre. Pero es muy importante que se tenga la información de todas las posibilidades que existen, como por ejemplo la de que la mamá se vaya haciendo un banco de leche antes de volver a trabajar. Luego, lo principal es no sentirse mal. Porque, se tome la decisión que se tome, se tomará desde el cariño hacia el bebé».

Vanessa ríe y cuenta luego que rechaza continuamente cada vez que le ofrecen irse a una sala de lactancia en un edificio público o un supermercado: «Yo doy la teta perfectamente en el súper o en un pasillo. Hasta en mi boda llevé un vestido especial para dar pecho», remacha.