«Hice Peluquería y no me gustó. Veía a los chicos en Mecanizado, me animé y acerté»

m.?hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

ADRIÁN BAÚLDE

Las féminas escasean en enseñanzas relacionadas con la electrónica, la industria y algunas ligadas a la informática

01 oct 2019 . Actualizado a las 12:54 h.

ayer a media mañana, a los alumnos que debutan este año en el ciclo medio de Mecanizado del instituto Frei Martín Sarmiento de Pontevedra les tocaba empezar a bregarse en el taller. Al frente de la clase práctica estaba el veterano profesor Paco Alján -el jefe de departamento en esta enseñanza-, que les ordenaba ir limando unas piezas «para aplacar os nervios do inicio do curso». Es un grupo considerable de alumnos, con chavales de Catoira, O Grove o Pontevedra que van a aprender a hacer piezas para la industria. Iban colocándose junto a las herramientas y la imagen era clara: todo hombres y ni una mujer. Paco, que dice que «esa é a realidade habitual neste ciclo, no que como moito aparecen unha ou dúas alumnas por curso», llamaba entonces a Tamara Torres, que estudia esa misma modalidad pero está ya segundo. Ella se encuentra ahora haciendo prácticas en el taller de una ortopedia. Y volvía ayer al instituto pontevedrés para contar cómo llegó a Mecanizado y cómo llevó estar rodeada casi al 100 % de compañeros hombres.

Natural de Barro y de 23 años de edad, Tamara llegó un día al Frei Martín Sarmiento para estudiar. Su primera opción no fue irse a un taller a montar piezas: «Hice Peluquería y no me gustó. Veía a los chichos en Mecanizado, me animé y acerté». Acertó por varias razones. Primero, porque reconoce que le gusta mucho la fabricación de piezas. Y, segundo porque, como indica el profesor Alján, «o ciclo de Mecanizado ten inserción laboral practicamente do 100 %, case todos os que saen del acaban traballando nisto e cuns salarios maiores que os de outros sectores». Pero hay más. Alján dice que, paradójicamente, ahora mismo las empresas demandan mujeres para puestos de mecanizado. Y que el instituto habitualmente no puede mandarles a nadie. Tamara tuvo una compañera, que ya está trabajando en un taller de Vilagarcía. Tamara dice que se sintió bien estudiando con casi todo chicos y que espera trabajar tras las prácticas: «Tengo ganas, a ver si hay suerte», remacha.

Sin apenas mujeres en algunos ciclos de FP que tienen alta inserción laboral

Hace unos días, a raíz de la entrevista a una soldadora que señalaba que no se topaba prácticamente con otras mujeres en el andamio, desde la patronal de la construcción animaban a las féminas a mirar hacia ese sector y recordaban que ahora mismo sí hay trabajo en el gremio. En realidad, no solo escasean mujeres albañiles. Preguntando en los institutos de la comarca de Pontevedra que imparten módulos de FP de grado medio o superior enseguida se saca una conclusión: apenas hay féminas en enseñanzas con alta inserción laboral, como las relacionadas con la construcción de piezas para la industria, las de frío y climatización o algunas ligadas a la informática.

Tomemos como referencia lo que ocurre en algunos institutos. Desde el CIFP A Xunqueira explican que el porcentaje de alumnas en los ciclos de la familia de la electrónica es anecdótico -imparten un buen número de ellos y entre todos solo suman cinco mujeres- y las de madera y automoción siguen estando muy masculinizadas también. Por la contra, todo aquello que tiene que ver con la atención a dependientes, los servicios a la comunidad o la igualdad están copados por mujeres. La memoria de un veterano profesor del centro permite descubrir que en muchos aspectos se sigue el mismo patrón que hace décadas: «En Electrónica xa no ano 1979 había unha alumna. Era unha rapaza de Cangas que estudaba con 39 homes. Lembro que era moi boa alumna, pero descoñezo se logrou emprego», indica.

Desde el Frei Martín Sarmiento indican que tampoco tienen apenas alumnas en ciclos como el de Instalacións Eléctricas o Mecanizado, mientras que las mujeres sí copan los de la familia de la estética o los que tienen que ver con el ámbito sanitario.

«Se hai que cacharrear, nada»

Tampoco en Marín, en el Chan do Monte, hay apenas mujeres en ciclos Instalacións Frigoríficas e Climatización, con un alto porcentaje de inserción laboral. Y también sobran los dedos para contar las alumnas matriculadas en ciclos medios como los de Sistemas Microinformáticos e Redes, donde en alguno hay 33 alumnos y solo una fémina. «Nos de Informática, se hai que cacharrear, nada. Entón non temos mulleres. Refírome aos ciclos nos que hai que abrir ordenadores e facer ese traballo máis manual», indican desde el centro. En el IES de Vilalonga solo una mujer.