Juntos hasta que la muerte los separe

Borja castro fontán PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Fueron pioneros en casarse por lo civil en el Concello de Pontevedra. Y las dos parejas siguen felizmente unidas

18 ago 2019 . Actualizado a las 09:20 h.

María Belén Lorenzo, que ejerce actualmente como médica en Valladolid, fue la protagonista, junto a su marido, aquel día 9 de julio de 1995 por convertirse en la primera en casarse en la casa consistorial. En su día, había declarado para este periódico preferir este lugar por considerarlo más acogedor y familiar que una fría sala de un juzgado. Veinticuatro años después, repite lo mismo. «Escogimos el ayuntamiento porque nos parecía mucho más agradable que el juzgado. Además, nosotros no somos religiosos, por lo que nos parecía coherente oficiar la boda en la casa consistorial. Lo que no esperábamos era tal expectación».

Algo parecido le ocurrió a este profesor de secundaria, Verísimo Pazos, el día de su boda. Él y su marido se convirtieron en la primera pareja homosexual en oficiar un matrimonio en Pontevedra. Su caso es especial, puesto que no tuvieron solo una boda, sino dos. La primera, que tuvo lugar el 21 de agosto del 2004. Tenía el objetivo de celebrar su registro como pareja de hecho de una forma especial, ya que el matrimonio igualitario no fue aprobado hasta el 2005. Una vez aprobado, decidieron oficiar una segunda, que simplemente sirvió para corroborar lo que ya habían hecho antes. «Para nosotros las dos bodas fueron necesarias. La primera con ceremonia y pública, y la segunda como la ratificación. La atención no nos sorprendió, fue consecuencia de haberlo hecho con luz y taquígrafos. Aún así, reconozco que fue mucha más de la que nos esperábamos».

«Me quedé abrumada»

Decenas de curiosos se acercaron a ver qué era lo que estaba ocurriendo, además del enorme despliegue de medios de comunicación debido al interés que generaron ambos acontecimientos. «Yo no lo llevé bien. Nuestra idea era la de una boda totalmente austera. Me quedé abrumada ante la cantidad de gente que vi. Muchos desconocidos y medios de comunicación. Jamás pensé que mi boda fuese a tener tanta trascendencia» comenta María Belén. Por su parte, Pazos señala: «Para nosotros lo peor vino durante las semanas previas. Teníamos tantas entrevistas que apenas nos quedó tiempo para organizar todo. Aún así, los días cercanos a la boda fueron de mucha vorágine. Prácticamente todos los medios escritos, radios y televisiones. A pesar de que nuestra intención era esa, sí que es verdad que te llegas a sentir un poco incómodo».

A pesar de todo, hoy en día se ríen y recuerdan todo con mucho cariño. «A pesar de haberlo pasado mal ese día, ahora lo ves todo desde una perspectiva distinta, y hasta te ríes. En casa de mis suegros siempre que se habla de nuestra boda se saca el tema, mi familia se parte de la risa», apunta Lorenzo. Verísimo recuerda como, una vez salieron del enlace, un grupo de curiosos se agolparon en las ruinas y la zona alta de la alameda, formando algo que él define como una especie de cordón sanitario. Sin embargo, reconoce que nadie dijo nada y que todo transcurrió bien y con normalidad.

Preguntados sobre el porqué de elegir Pontevedra como opción, ambos coinciden: porque son de Pontevedra. Ella afirma que en su caso su marido no tenía opción, bromea. «Las novias nos casamos en casa. Yo soy de Pontevedra y moriré de Pontevedra. Era en donde me tenía que casar». Sobre el trato por parte de los respectivos gobiernos, los dos destacan la amabilidad y el compromiso. «Cuando tomamos la decisión se la planteamos al Concello. El alcalde y todo su equipo nos dieron su apoyo incondicional en todo momento. Los dos se lo agradecemos muchísimo» dice él. Dichos enlaces fueron oficiados en la casa consistorial, puesto que la opción de Mugartegui no estuvo disponible hasta el 2008.

55 bodas el año pasado

A día de hoy, el Concello de Pontevedra ha oficiado un total de 1.248 enlaces nupciales, según datos del propio consistorio. Desde que la boda de María Belén marcase el pistoletazo de salida en 1995, han sido muchas parejas las que se han dado el sí quiero ante cualquier representante del Concello. Según los últimos datos del gobierno local, en el 2018 se ha producido un pequeño descenso en los enlaces que se han llevado a cabo, con 55, lo que supone once menos que en el ejercicio anterior, con 66.

Los únicos requisitos para casarse por lo civil en Pontevedra son estar empadronado en la ciudad, aportar la documentación necesaria y pagar las tasas correspondientes, que ascienden a 81,73 euros. En el 2018 esto supuso un ingreso de casi 4.500 euros para las arcas municipales.