Piden prisión para un pontevedrés que vendía hachís cerca de un instituto

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El fiscal afirma que el acusado echaba mano de su hermano menor para algunas ventas

09 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Si por término general el tráfico de hachís se castiga con penas de uno y tres años de cárcel, un pontevedrés de 25 años, S. I. C., se expone a una condena mayor. Cuatro años de cárcel es lo que solicita el fiscal a pesar de que el encausado carece de antecedentes penales. ¿El motivo? Que supuestamente facilitó esta sustancia estupefaciente a menores de edad en las proximidades del IES Luis Seoane del barrio de Monte Porreiro, una circunstancia que el Código Penal considera agravante y así entiende la Fiscalía de Pontevedra que debe aplicársele.

Su arresto, el 20 de abril del 2017 por parte de la Policía Nacional en el marco de la operación Papillón, fue consecuencia de la denuncia interpuesta a finales del 2016 por un vecino dando cuenta de la existencia de un piso donde se podrían estar realizando transacciones de droga al por menor. Estas mismas quejas se reprodujeron meses después, en febrero, si bien ya por entonces se incidía en que el flujo de jóvenes a esta vivienda se había incrementado considerablemente, al tiempo que se remarcaba que muchos se quedaban por la zona consumiendo la droga.

De las investigaciones se hizo cargo el Grupo de Tráfico Medio de la Comisaría de Pontevedra, junto con agentes de la brigada de Seguridad Ciudadana. Sus pesquisas han determinado que la Fiscalía considere acreditado por su parte que S. I. C. se dedicaba por entonces «a la venta de sustancias estupefacientes, en concreto hachís y marihuana, tanto en su domicilio, sito en Pontevedra, como en las proximidades del mismo y del IES Luis Seoane de Monteporreiro, donde estudian numerosos menores de edad».

En este punto, el fiscal es claro: «El acusado venía vendiendo hachís, periódicamente, y la menos hasta el 20 de abril de 2017 a numerosos menores de edad». En algún caso, de hecho, se recoge en el escrito del fiscal que algunos de los supuestos clientes del acusado habían empezado a adquirir pequeñas cantidades de droga siendo adolescentes. De igual modo, el representante del ministerio público refiere que algunas de las transacciones, supuestamente, fueron llevadas a cabo por un hermano del acusado, «de cuya participación en los hechos conoce la Fiscalía de Menores de Pontevedra», así como por una chica, también menor.

De hecho, los agentes no solo confirmaron que algunos de los clientes del sospechoso eran menores de edad, sino que, además, cursaban estudios en este centro educativo. Asimismo, y según informó en su día la Comisaría, los investigadores habrían corroborado, al menos, cinco ventas de pequeñas cantidades de hachís y marihuana a otros tantos compradores. Si bien el fiscal acota los hechos al período comprendido entre el 20 de marzo y el 20 de abril del 2017, también refiere que a algunos de los compradores identificados por la policía les habría estado suministrado hachís o marihuana desde que comenzaron el curso escolar que arrancó en septiembre del 2016. Asimismo, se alude al registro domiciliaron que los agentes realizaron en su vivienda y en el que, en principio, no se habrían hallado restos de droga, aunque sí varios móviles y algunos soportes de tarjetas de telefonía.