Después de triunfar jugando al tenis, está feliz entrenando a la promesa española Aliona Bolsova
10 jun 2019 . Actualizado a las 14:31 h.Lourdes Domínguez (Pontevedra, 1981) lleva un año moldeando a Aliona Bolsova hasta convertirla en la revelación de Roland Garros, donde cayó en octavos de final frente a Anisimova. Volver a París no le ha provocado nostalgia, si acaso echa de menos competir. Sigue viviendo en Barcelona, aunque se sacude la morriña viniendo a Pontevedra para descubrir cualquier nuevo rincón. Después de llegar al puesto 40 del ránking en su etapa de jugadora, se distrae jugando al fútbol con amigas.
-Acaba de llegar de Roland Garros para tutelar a Bolsova, ¿echa de menos la pista?
-No, después de dos años de descanso desde que me retiré, estoy tranquila, he cambiado ya el chip y al final no echo de menos jugar, quizás un poco competir. Pero el día a día de entrenar y jugar, ya no. Ahora me gusta solo entrenar.
-¿Entrenar o ser entrenada?
-Cuando era jugadora, el tenis te da cosas que no las vuelves a repetir nunca más porque eres tú el que lo está haciendo, pero cuando eres entrenadora y ves que las cosas van saliendo, es muy agradecido.
-Vive en Barcelona, ¿se queda ahí o prefiere Pontevedra?
-Cada ciudad tiene sus cosas, en Barcelona llevo muchos años, pero la tierra siempre es la tierra y tengo ahí a casi toda mi familia. Cada vez que tengo un hueco me escapo porque me encanta.
-¿Dónde no la encontraríamos nunca en Pontevedra?
-¿Dónde, no? La verdad es difícil decir un sitio porque me encanta estar en todos los rincones y descubrir cosas nuevas, o sea que sería difícil que no me vieseis en algún sitio, sobre todo nuevo.
-Ha devuelto la pasión por el tenis a Aliona Bolsova, ¿cuánta parte de culpa tiene en su resurgir?
-Ella es una jugadora que siempre ha tenido un gran potencial desde que era joven, siendo júnior fue de las mejores del mundo y tuvo unos años un poco complicados, pero el año pasado decidió que quería ser tenista profesional y nos hemos puesto manos a la obra. Hemos trabajado mucho en silencio y le ha dado duro durante todo este año, al final los resultados han salido.
-¿Quién buscó a quién, fue usted a Aliona Bolsova o al revés?
-Tengo una socia, somos dos entrenadoras, ella también era tenista y ente las dos entrenamos a Aliona. También tenemos a otra chica, Guiomar Maristani. Mi socia, Ana Alcázar, ya la había entrenado hacía unos años, antes de irse a Estados Unidos. El año pasado, Ana y yo queríamos montar algo juntas y en mayo o junio surgió la oportunidad de entrenarla, pero yo ya conocía a Aliona de cuando era jugadora.
-¿El tenis es su única ocupación?
-Sí, entre las dos entrenamos a Aliona y Giomar y nos vamos compaginando un poco. Algunas veces viajo yo y otras mi socia, es una forma de dar un poco de aire porque las relaciones de entrenador-jugador son muy intensas, muchas horas y al final, así, todos vamos un poco más libres. Aunque digas las mismas cosas, si vienen de distintas personas, las asimilas mejor.
-¿Son peligrosas las relaciones entrenador-jugador a alto nivel? Hemos visto muchas discusiones en la pista...
-Al final hay mucha presión y muchos momentos de tensión. Son demasiadas horas al día, son relaciones de 24 horas y cuando hay momentos de presión hay gente a la que se le escapan cosas que no deberían. En nuestro caso no sé si es porque las cosas nos están yendo bien, pero no hemos llegado a ningún momento así y espero que no pase porque a mi no me gusta llegar a esas situaciones con gente con la que convives
-A alguien le ha tenido que decir en algún momento ‘oye, frena, que yo soy Lourdes Domínguez?
-No, nunca, lo más importante es el respeto, en una relación de trabajo sobre todo, si pierdes el respeto, igual te tienes que plantear si te merece la pena entrenar con esa persona.
-El tenis es una ocupación las 24 horas del día, pero ¿qué hace cuando no tiene una raqueta en la mano?
-Intento hacer una vida normal, estar en casa, disfrutar con mi familia y mis amigos, tomar algo, irme de vacaciones, pues lo que la gente suele hacer, quizás cuando era tenista era más complicado tener minutos de desconexión y de relax y ahora disfruto más de lo que es la vida.
-¿Practica algún otro deporte?
-Sí, al pádel y una vez a la semana voy a jugar al fútbol con un grupo amater de amigas, si puedo, siempre intento hacer algo, en casa siempre nos han inculcado otros deportes.
-A quien no la conozca, ¿cómo es Lourdes Domínguez?
-Es una persona tranquila, sincera, muy justa y divertida, soy muy noble y amiga de mis amigos.
-Hacia donde encamina la vida ahora..
-Desde que me retiré, tenía claro que quería ser entrenadora y también que necesitaba un tiempo para cambiar el chip y descansar. Después de jugar 20 años a nivel profesional, necesitaba un parón y descansar la cabeza. Tenía claro que quería dedicarme al mundo del tenis y ser entrenadora.
En corto
Lourdes Domínguez está presente en todas las redes sociales. Tiene perfil de Facebook, Twitter e Instagram, pero apenas tiene actividad, su único uso es para estar informada. Lo que sí disfruta es viendo Juego de Tronos, aunque amenaza a quien le cuente el final de la serie. Atascada en la quinta temporada, busca tiempo para poder acabarla sin que nadie le desvele el final.
-¿Utiliza Facebok, Instagram o Twitter?
-Tengo los tres.
-¿Es una adicta a las redes sociales?
-No, no soy muy activa, los tengo, pero no las muevo mucho.
-¿Es de esas personas que las tiene para cotillear al resto?
-No, tampoco, hay muchos días que ni las abro. Tampoco estoy todo el día mirando, para nada. Sobre todo las utilizo, especialmente Twitter, para leer noticias, pero poco más.
-¿Lee en libro electrónico o en papel?
-Leo en papel.
-Y, ¿con cuál anda ahora?
-Con La Templanza de María dueñas.
-¿Le está gustando?
-Sí , está muy chulo.
-¿Se ha subido al carro de los fanáticos de Juego de Tronos?
-Me gustan las series y veo Juego de Tronos, pero estoy encallada en la quinta temporada. Ya le he dicho a todo el mundo que esté callado, los voy callando a todos.
-¿Te gusta cocinar?
-Sí que me gusta mucho, lo que pasa que no tengo mucho tiempo para poder hacerlo.
-Y, ¿cuándo llega a Pontevedra que es lo primero que hace?
-Lo primero es ir a tomarme un pulpo.