La ría de Pontevedra innova en la promoción del buceo

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

WAYUU

Wayuu impartirá un curso de instructor de buceadores ampliando la oferta turística de Sanxenxo

26 may 2019 . Actualizado a las 12:54 h.

Las islas de Ons y Onza, en la boca de la ría de Pontevedra, forman parte de uno de los pocos parques nacionales marítimos de España y el único que existe en todo el ámbito de Galicia. No en vano reúne en sus aguas una de las mayores biodiversidades de la costa atlántica peninsular, tanto en fauna como en flora, además de espectaculares escenarios naturales. Sin embargo, su acceso está limitado a una condición imprescindible: saber bucear. Y aunque en la ría existen clubes de buceo, que ofrecen clases a vecinos y turistas en general, lo que no es tan común, ni en Pontevedra, ni en ninguna otra parte de Galicia, es un curso para instructores de buceo. Es decir, formación reglada para aquellos profesionales del sector que aspiran a la habilitación oficial para dar esas clases o ampliar sus especialidades.

El instructor es un escalón superior al que en el lenguaje del sector se conoce como dive master o guía de buceo. Y el único centro autorizado con el sello de Padi -una certificadora de prestigio internacional- para celebrar estas clases que forman a los profesores de buceo en la ría pontevedresa es Wayuu, ubicada en el puerto de Sanxenxo.

Un mínimo de 100 inmersiones

Este lunes empiezan este curso formativo para docentes de buceo, impartido por Pedro Corrales, que dirige una empresa de este sector en Pedraña, en el litoral de Cantabria. La figura del profesor de instructores es tan escasa, que el club sanxenxino optó por contactar con un centro fuera de Galicia para impartir estas clases.

Corrales explica que los requisitos para aspirar a instructor incluyen ser mayor de edad y disponer de la titulación de dive master de Padi o de otra organización similar. Otro requisito, además de poder asumir el coste de este curso, que es elevado, es que el aspirante tenga en su libro de inmersiones un mínimo de cien salidas bajo el agua.

Este especialista cántabro incide en que convertirse en profesor de docentes de buceo no es una tarea que se pueda encomendar a cualquiera. La experiencia es vital y cuanta más, mejor. «Necesitamos un currículo muy extenso y solo pueden llegar unos pocos», aclara. Corrales nunca ha buceado en aguas gallegas, por lo que se muestra expectante sobre qué es lo que se encontrará.

Este jefe de obra, reconvertido en profesor de instructores de buceo tras la crisis del ladrillo en España, entiende que la temperatura del mar no será muy distinta a la del Cantábrico. «El buceo es mi pasión», explica y anima a la gente a descubrir esta actividad como afición y como salida laboral profesional. Sobre Pontevedra, le han dicho que el agua es más verde y que podrá ver especies marinas que no son comunes en Santander.

Desde Wayuu, en Sanxenxo, explican que su apuesta por la formación de instructores tiene como objetivo potenciar el buceo en las Rías Baixas. Con otro instructor titulado en su haber, podrán incrementar su oferta de actividades para el verano. Insisten en que no fue fácil organizar el curso, porque hay pocas personas capacitadas para darlo en España.

Interés creciente

El buceo es una actividad en alza en la ría de Pontevedra, donde las personas que lo practican son de los más variado. Antonio Larrauri, de Wayuu, explica que existe un pequeño pero comprometido grupo de personas a las que les encanta bajar al fondo marino y hacer fotografías de los animales más insospechados para el gran público. Los equipos son caros, pero los que realizan esta actividad la encuentran muy interesante y satisfactoria y la ría pocas veces defrauda en estas expediciones científicas o turísticas, que tanto se pueden hacer a título individual como en grupo.

Además, están aquellos que acuden por el sencillo placer de bucear. Pablo Romero, de Pontevedra, explica que él ha participado en cinco inmersiones y que le gustan porque «relajan». Añade que al estar bajo el mar «hay una sensación que no puedes tener fuera del agua». Ana María Díaz, también de Pontevedra, lleva 13 inmersiones en su cuenta y no se cansa. Le encanta como se siente bajo el mar y la incesante variedad de opciones que ofrece la ría. «Lo de aquí arriba ya lo tenemos muy visto», bromea. El mundo submarino mantiene intacto su atractivo, independientemente de cuántas veces una persona se ponga el neopreno y se zambulla para explorarlo.