«Cuando me dejaron entrar mi casa estaba calcinada, no se salvó nada»

Marcos Gago Otero
marcos gago MARÍN / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CEDIDA

El fuego de Pumariño devastó tres de las viviendas e impide regresar a 11 familias

21 may 2019 . Actualizado a las 08:04 h.

Desolación en el alma y tristeza en el rostro. El día después del incendio que obligó a evacuar un edificio de viviendas en la travesía de Pumariño, en Marín, fue especialmente doloroso para los afectados. Tres viviendas quedaron totalmente destruidas por las llamas y, aunque diez familias pudieron regresar a uno de los bloques durante la tarde, otras once siguen realojadas, con familiares y amigos o en un hotel. Este lunes los bomberos revisaron la estructura y la policía científica se desplazó al inmueble para dilucidar la causa del fuego. Mientras tanto, tres familias, con varios niños, se han quedado sin nada y, según las primeras estimaciones, tardarán meses en regresar a las que fueron sus casas.

Una de estas familias afectadas es la de Sonia. Ella vive en uno de los dos primeros destruidos. En el momento en que se declaró el fuego, recuerda que había cuatro personas en su vivienda, aunque no estaban las niñas, que pasaban el fin de semana con una tía. «Yo aún no estaba en cama y cuando abrí la puerta porque me alertó la perrita, vi que el patio de la vecina estaba ardiendo», indica. No tuvo mucho tiempo para pensárselo. «Cogí al niño y salí para la calle porque había explosiones de las ventanas que estaban reventando y yo salí por miedo de que explotase alguna bombona o el gas ciudad». Varias horas después le permitieron acceder a la que fue su vivienda durante quince años. «Cuando me dejaron entrar en mi casa estaba toda calcinada, entera, no se salvó nada», relata aguantando lágrimas. Ahora se ha visto obligada a vivir con sus suegros.

Evaluación técnica del edificio

Los Bombeiros do Morrazo (el domingo los reforzaron Pontevedra y Ribadumia) volvieron, a primera hora de este lunes, a la travesía de Pumariño, con dos camiones y varios equipos. Afuera, nerviosos, les esperaban vecinos afectados, deseosos de conocer el estado de sus pisos y recoger pertenencias. Sabían que tres (dos primeros de un bloque y un ático del otro) estaban inhabitables. Sabían también que el fuego había destrozado todo lo que había encontrado a su paso mientras ascendía por el patio de luces hacia el tejado. Como si de una pesadilla se tratase querían poder ver, palpar y examinar por ellos mismos las viviendas que el fuego no había consumido. Pero no pudieron entrar hasta que los bomberos acabaron su tarea.

El examen del edificio requirió su tiempo. El jefe de turno de los Bombeiros do Morrazo, Rubén Sío, confirmó que lo que más preocupaba era una de las buhardillas, que hubo que apuntalar para que las vigas no colapsasen. Sío no se atrevió a aventurar la causa del incendio. Se limitó a explicar que, al parecer, el fuego se originó en el patio de luces. La investigación sobre cómo empezó todo aún está en marcha.

Policía científica, tas las pistas

Precisamente esta es una de las tareas encomendadas a la policía científica, que entró en el bloque de Pumariño, examinó el estado del inmueble y buscó los indicios qué sirvan para aclarar cómo se originó el fuego. El administrador del edificio, Enrique Méndez, manifestó que «todo parece indicar» que el fuego comenzó en el patio de luces y subió hasta el ático, donde «la acumulación de gases en la última planta sirvió de combustible» para la propagación de las llamas por la cubierta, algo que pasa con relativa frecuencia en casos como este.

Méndez también se mostró cauto sobre la causa del fuego. Informó de que se devolvió el agua y la luz al bloque menos dañado, para que regresasen diez familias. El resto seguirá alojado fuera temporalmente y añadió que las tres más afectadas tardarán meses en volver porque en esos pisos habrá que reconstruirlos.

A primera hora de la tarde, los vecinos del bloque más dañado, que llevaban esperando desde el amanecer, pudieron entrar en sus pisos acompañados por la Policía Local. Pocos minutos después, salieron con bolsas donde pudieron coger lo que más les urgía.