Las derrotas a domicilio doblan a las de sus rivales directos
06 may 2019 . Actualizado a las 21:28 h.Cuando más necesitaban ganar, los granates se han desinflado ante rivales de menos empaque como Unión Adarve y Las Palmas Seis puntos vitales que se han esfumado y que ahora obligan al Pontevedra a aliarse con la épica para ganar en los dos últimos partidos a los de arriba. Primero tendrá que hacerlo al Atlético B y después al Castilla en la última jornada en Valdebebas. Está acostumbrado a ser un matagigantes. Derrotó a todos los grandes que han pasado por Pasarón. Y ahora le toca hacerlo al filial de los rojiblancos para llegar al último arreón con posibilidades de play off, siempre y cuando la Cultural pinche. Los granates tienen solo una obligación: puntuar. Ahora toca hacer seis de seis.
Antes de viajar a Las Palmas, el técnico granate aseguraba que una derrota en las islas no los dejaría fuera, pero sí que le complicaría la situación. Pues ha ocurrido. A tres puntos de la zona de play off ya no puede haber fallos. En lo que va de campeonato, el Pontevedra ha sido el de las dos caras. En casa es un león y a domicilio, un cordero. Solo ha logrado seis victorias lejos de Pasarón frente a las once derrotas que acumula. Dobla en derrotas a todos los equipos que están por encima de él. Solo en la última racha ha logrado enmascarar una tendencia que se prolonga desde la primera vuelta. Y si eso es lo que pasa fuera, en casa se invierte la tendencia y el Pontevedra no tiene rival. Ha puntuado en todos los partidos disputados ante los suyos, el del próximo domingo contra el Atlético B no puede ser el manchón en una trayectoria intachable.
Para ese encuentro contra los cachorros rojiblancos, Luismi recupera a Churre, que este fin de semana no jugó por sanción, y todo apunta a que estará también Adrián León. El que sigue siendo duda es Kevin Presa, que aunque el viernes parecía más cerca de trabajar con el grupo está pendiente de la evolución de su rotura del isquio.
La plantilla descansa hoy martes y volverá mañana a los entrenamientos en Cerponzóns para preparar la despedida del Pontevedra en Pasarón.