Portos apura el permiso para echar los áridos del Lérez en mar abierto

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Precisa del visto bueno ambiental para la nueva área de depósito antes de dragar el río

03 may 2019 . Actualizado a las 10:54 h.

La modificación del punto de vertido de los áridos extraídos del dragado del Lérez fuerza a Portos de Galicia a elaborar un informe ambiental sobre la idoneidad de la zona elegida, fuera de la ría de Pontevedra. La tramitación administrativa de estos informes se encuentra ya iniciada, pero pendiente de licitación, por lo que desde la Administración autonómica no se aventuran todavía a ponerle fecha a la ejecución de la obra. Se espera que se haga cuanto antes, pero la Xunta opta, por ahora, por la cautela. En este sentido, desde Mar se recalca: «A consellería está acelerando a contratación dos estudos de viabilidade do novo punto de vertido, co obxectivo de contar con todas as garantías para modificar este aspecto».

El proyecto original preveía que el depósito del grueso de los 330.000 metros cúbicos de áridos dragados se echase al fondo marino al oeste de Tambo, pero esa medida puso en pie de guerra a las cofradías de Bueu, Portonovo, Sanxenxo y Marín, que temían que la turbidez de las aguas provocada por este vertido de áridos causase la mortandad masiva de la navaja en la ría.

En ese escenario, Portos se encontró con cuatro cofradías en contra de este punto de vertido, mientras que otras tres -San Telmo, Raxó y Lourizán- reclaman que se haga cuanto antes el dragado porque es la única manera de recuperar la productividad del canal del río, un banco marisquero que por sí solo aportaba un millón de euros al año a la lonja de Campelo. Todo el sector de la ría respalda que se drague el Lérez, pero la mitad rechaza el punto elegido inicialmente por Portos.

Antecedentes favorables

La Xunta, sin consenso en el sector pesquero y marisquero, se vio forzada, después de un largo tira y afloja, a ceder. El vertido de los cientos de miles de toneladas de áridos del Lérez se hará fuera de la ría de Pontevedra, en una zona al oeste de Ons y Sálvora, donde ya en el pasado reciente las Administraciones han hecho otros vertidos, también masivos y procedentes de otros desmontes y otras públicas. En el sector pesquero se ve con buenos ojos este ámbito porque está alejado de la costa y, en las anteriores ocasiones no se percibió ningún impacto negativo en la pesca ni el marisqueo.

Sin embargo, la legislación ambiental no deja de modificarse y asumir una mayor complejidad, por lo que se impone un nuevo estudio ambiental sobre el área donde se quiere echar los áridos del dragado, para comprobar su idoneidad. En principio, y salvo sorpresas, es de esperar que los informes serán favorables, pero Portos está obligado a guardar la tramitación administrativa en vigor, aunque esto dilate la ejecución de la obra.

Está por ver también si hará falta una nueva evaluación de impacto ambiental, al cambiarse ese punto de vertido, lo que prolongaría durante meses la licitación de la obra. O si, por el contrario, es suficiente con los estudios que se encargarán ahora y que el cambio del proyecto se pueda solventar sin la declaración de impacto ambiental, al no afectar a aguas interiores, no alterar el proyecto de dragado en sí y haberse escogido un entorno que ya en su día asumió otros vertidos de arena y lodos.