Un susto de muerte debió llevarse, en 1917, un cartero llamado José María Fontáns García, que repartía la correspondencia en Moraña. El hombre iba por un camino cuando le atacaron cinco individuos que portaban armas de fuego. Al parecer, le apuntaron con ellas para que les entregara la cartera que llevaba, en la que guardaba un certificado. El cartero defendió la correspondencia como pudo y los malhechores reaccionaron de mala manera: «Los cinco desalmados, desistiendo de hacer uso de las armas con la que antes le habían amenazado, la emprendieron a pedradas con el humilde funcionario, que pudo milagrosamente salvar su vida y la cartera que constituía la aspiración de los agresores», contaba la crónica publicada por La Voz de Galicia tal día como hoy.
En la noticia se indicaba que los hechos ya habían sido puestos en conocimiento de las autoridades en Pontevedra y que se esperaba que estas procediesen a detener a los agresores.