Una triple fila de vehículos bloquea el párking disuasorio de Marxión

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

MARTINA MISER

El automóvil de un usuario estuvo atrapado en el estacionamiento cuatro horas

02 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Parece mentira, pero alguna funcionalidad perceptiva debe de fallarles a varios de los usuarios del párking disuasorio que el Concello de Vilagarcía ha implantado junto al colegio Anexo A Lomba, en el barrio de Marxión. El caso es que, día tras día, en el estacionamiento se repite una situación que mueve al estupor de las mentes bien amuebladas. Gente que llega al volante al aparcamiento no duda en componer terceras filas en batería, de forma que los vehículos que tienen la desdicha de quedar en una posición intermedia permanecen completamente bloqueados. Ayer, sin ir más lejos, un ciudadano se vio obligado a prescindir de su automóvil durante cuatro horas y media por este incívico motivo. Para colmo de males, la grúa no estaba operativa, con lo que el hombre tuvo que arreglárselas a su manera, porque su paciencia era larga, pero todo en esta vida acaba por agotarse, y no tuvo otra que arrancar su turismo y empujar con él a uno de los otros dos que lo habían atrapado. Lo peor es que la cosa no acabó ahí, puesto que aquello sucedía por la mañana, y por la tarde la escena se repetía con exactitud que se diría matemática.

«Non acabo de entender que a alguén se lle ocorra deixar así o seu coche cando está claro que bloquea os que xa están debidamente aparcados», se desesperaba la víctima del atrapamiento después de intentar remover Roma con Santiago para liberar su automóvil de tan incomprensible presa. El hombre acudió a la Policía Local, cuyo protocolo lleva a los agentes a tomar nota de las matrículas de los turismos bloqueadores para acudir a las bases de datos de la Dirección General de Tráfico, conocer los números de teléfono de sus propietarios y tratar de ponerse en contacto con ellos a fin de que desplacen sus coches. El problema surge cuando nadie descuelga al otro lado de la línea.

Si los dueño de los vehículos no responden, el siguiente paso que deben dar los policías consiste en recurrir a la grúa para mover los turismos que entorpecen los desplazamientos de los restantes. No llevárselos al depósito municipal, ojo, ya que en un bloqueo de estas características necesariamente intervienen dos automóviles, y resulta muy complicado discernir cuál de ellos fue estacionado con posterioridad, desencadenando así el problema. Queda dicho que ayer la grúa no funcionaba, por lo que los agentes no pudieron ofrecerle al conductor desesperanzado una solución práctica.

Todo, obviamente, resultaría más sencillo si las plazas de aparcamiento fuesen señalizadas. Pero los acuerdos a los que el Concello llega con los propietarios de los terrenos no incluyen la ejecución de actuaciones de asfaltado y pintado, que probablemente aquellos tampoco aceptarían. Así que evitar esta clase de circunstancias depende del sentido común y de la buena voluntad de quienes recurren a los estacionamientos disuasorios, que en buena lógica deberían bastar para atajar esta insólita tercera fila. Solo en los laterales de la masa central de vehículos estacionados es factible encadenar tres automóviles en batería, porque el del medio sí tiene margen para desplazarse a derecha o izquierda. Es algo que cae de cajón.

En estos casos, la policía trata de localizar a los propietarios antes de recurrir a la grúa

La Policía Local establecerá controles de velocidad durante toda esta semana

A lo largo de toda esta semana, las vías de Vilagarcía serán objeto de una campaña especial de vigilancia y control de la velocidad de circulación. Se trata de una iniciativa puesta en marcha por la Dirección General de Tráfico en todo el Estado, que estos días llega a la capital arousana. La Policía Local llevará a cabo mediciones en diferentes calles y carreteras convencionales y urbanas, con el objetivo de avanzar en la prevención de accidentes y la reducción de su gravedad.

Los agentes municipales emplearán el radar móvil, que se instalará en las vías en las que habitualmente se registra un mayor número y gravedad de infracciones. Esto es, las avenidas de Rubiáns, Valle-Inclán y Pontevedra, Valentín Viqueira, Agustín Romero, la avenida Rosalía de Castro, las de Vilanova y Víctor Pita, y las calles Outeiral y San Xoán, ambas en Bamio.

Atropellos mortales

Subraya Ravella que el número de conductores denunciados por exceso de velocidad ha descendido en el conjunto del Estado, pero la DGT argumenta que es preciso «continuar facendo o máximo esforzo na vixianza da velocidade». La velocidad a la que se circula es un factor decisivo en las vías urbanas, más expuestas a los atropellos. De acuerdo con los datos que maneja Tráfico, a partir de ochenta kilómetros hora es prácticamente imposible que un viandante no fallezca al ser arrollado. En cambio, con treinta kilómetros por hora, el riesgo de muerte del peatón se limita a un 10 %. Los controles, además, mantienen alerta a los conductores, lo cual es positivo.