La oleada de robos en chalés y pubs dispara el malestar de los vecinos y la hostelería

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Propietarios de viviendas en Salcedo ya se están planteando la posibilidad de vender sus casas

21 mar 2019 . Actualizado a las 20:00 h.

«La policía nunca pasa por aquí y pagamos impuestos como el resto de Pontevedra». La indignación entre los vecinos de la urbanización de Fuensanta, en la parroquia de Salcedo, era este jueves palpable después de que el domingo pasado fueran desvalijados tres chalés simultáneamente, unos robos que se suman a otros asaltos sufridos en las últimas semanas en otras viviendas unifamiliares de este entorno.

Las quejas vecinales no solo se centran en la escasa presencia policial, una situación que achacan tanto al Concello como a la Subdelegación del Gobierno, sino que también la extienden al papel que juegan los jueces de instrucción. «Sabemos de casos de delincuentes habituales que han sido detenidos y que quedan en libertad tras ir al juzgado y, en el caso de que vayan a A Lama, permanecen dos o tres meses porque no han cometido delitos violentos. No se da el valor que tiene a la propiedad privada», reprochan al respecto.

Pero de igual modo que inciden en la falta de seguridad, aluden a la dejadez del Concello de Pontevedra a la hora de garantizar determinados servicios. Así, apuntaron a la recogida de basura, pero también remarcaron el estado en el que se encuentra todo el entorno del local social, que, en su día, fue asumido por el Ayuntamiento. Desde entonces, las zonas verdes permanecen sin limpiar y el proyecto de rehabilitación de un palomar ha caído, aparentemente, en el olvido.

La situación ha llegado a tal extremo en este punto de la parroquia de Salcedo que hay quien ya se está planteando la posibilidad de vender sus viviendas. «Si esto sigue así, la situación se va a volver insoportable y lo que queremos es tranquilidad», remarcan.

Este mismo malestar se palpa entre los empresarios de hostelería del casco histórico, un sentimiento que se acrecentó al tener constancia de que los ladrones desvalijaron en la madrugada de ayer uno de los locales más conocidos, el Portobello, así como habían intentado acceder al interior de otros dos negocios, uno de ellos, el Hama. A estos se suma un cuarto, una hamburguesería de la plaza de las Cinco Calles, que fue asaltada después de que los cacos hubiesen fracturado una ventana que da a la calle Barón. En este último caso, aparentemente, fueron más los daños que el botín logrado por los amigos de lo ajeno: una tablet, un par de botellas de bebidas alcohólicas, un teléfono móvil y 120 euros en efectivo.

Estos empresarios de la movida nocturna advierten del hecho de que los ladrones parecen sentirse impunes, ya que, «a veces, actúan a plena luz y en zonas donde hay viviendas o es habitual que pasee la gente». Asimismo, inciden en que existe una cierta sensación de inseguridad ante lo que consideran es una muy escasa presencia policial a determinadas horas, «principalmente, cuando cae la noche y en días entre semana. Como no sean festivos o vísperas de festivos puedes pasarte toda una noche sin ver un coche patrulla», apuntó el empleado de un negocio de la calle Charino.