El Pontevedra despertó sin dos puntos

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo PONTEVEDRA/ LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Martina Miser

Los de Luismi cayeron en el ritmo lento que convenía al Burgos. El exgranate Adrián Cruz firmó en el 89 el 1-1

10 mar 2019 . Actualizado a las 23:23 h.

El Pontevedra ve alejarse la cuarta plaza de la tabla a 5 puntos, tras haberse dejado en la tarde del domingo 2 de los 3 que daba por hecho en la visita del Burgos, equipo inmerso en la pelea por la supervivencia, pero que impuso su plan de trabajo a los de Luismi. Confiados estos en la suficiencia del solitario tanto de Álex González en el arranque de la segunda parte, un golazo con disparo a 25 metros del exgranate Adrián Cruz hundió la euforia en las gradas y las filas de Pasarón a un minuto de la conclusión del tiempo reglamentario.

Afrontaba el Pontevedra su partido con el Burgos con tres bajas obligadas respecto al once titular de la semana anterior en Ponferrada. Las de los sancionados Borja Domínguez y Pedro Vázquez, y la del tocado Álvaro Bustos, con especial incidencia del primero por su jerarquía en el juego granate. Y Luismi apostó por cambiar casi medio equipo de salida, fiel a su estilo de aborrecer la continuidad de roles y esquemas mecanizados de los que pueda acabar sacando provecho el rival. Descartada de antemano la repetición del recurso al falso nueve sin frutos siete días atrás, el técnico local apostó por un 4-1-4-1 con Berrocal en trabajos de pivote defensivo, y Arruabarrena recuperando la titularidad en la punta de ataque por delante de una línea con Pibe y Álex González en las bandas, y Kevin y Romay en zona de creación.

No había tenido Luismi el menor problema en adelantar durante la semana su línea argumental en busca del final feliz a costa de un rival en la cuerda floja: Imprimirle al partido un alto ritmo de juego para ahogar a una plantilla adversaria cargada con sus casi 30 años de edad media. Quedará la duda de saber si la idea iba bien encaminada. Porque el Pontevedra distó, y mucho, de ser el equipo raudo que había pretendido su estratega mayor. Carente de movilidad y profundidad, el paso de los minutos desnudó su falta de argumentos tras un primer cuarto de hora desvelado en espejismo.

Ante un Burgos que pasó en tan solo cinco minutos de intentar presionar en tres cuartos a tomar posiciones de trincheras en su mitad de campo en formación de 4-4-2, dos disparos de Álex González bien atajados por el portero visitante, Saizar, hacían presagiar una superioridad local que no se acabaría de ver. De hecho, el Burgos tuvo una muy buena ocasión de desnivelar el marcador, cuando un mal despeje de la zaga granate permitió a Borja Sánchez disparar franco en diagonal en el corazón del área, obligando a Edu Sousa a despejar en el minuto 8.

Arruabarrena respondería en el 14 con un buen cabezazo a centro lateral de Berrocal en la continuación del saque de una falta lateral por banda derecha, pero Saizar estuvo de nuevo atento. Y a partir de ahí, la nada hasta el descanso, más allá de un disparo al borde del área de Pibe en el 27 que se marchó rozando el palo izquierdo del Burgos. Lento, predecible; sin apenas juego por bandas, el Pontevedra caía una y otra vez cual objeto grueso y pesado en la red defensiva de un rival que incluso se pudo permitir estirarse por momentos para rondar el rectángulo mayor de Edu Sousa en varias fases de la primera parte.

Pero el fútbol son goles. Y a los cinco minutos de la reanudación una jugada de estrategia puso por delante a un Pontevedra que daba síntomas de mayor ímpetu. Pibe botó raso un córner a la media luna para Álex González, que conectó un misil a la escuadra derecha imparable para las manos de Saizar.

A partir de ahí el Burgos se echó arriba, y metió al Pontevedra en mitad de parcela de Pasarón, o el Pontevedra se acomodó en ella, que en estas circunstancias nunca termina de quedar claro el origen de este tipo de cambio de situación. Sea como fuere, a los de Luismi se les vio razonablemente cómodos administrando su ventaja, y las ventanas de oportunidad que le ofrecía el Burgos a la contra.

El tiempo se fue consumiendo entre cambios sin efecto palanca en la dinámica de juego, y acercamientos sin veneno a ambas porterías. Un cabezazo del goleador del partido abortado por Andrés en el segundo palo a centro de Kevin, un par de disparos de Javi Pazos, recambio de Arruabarrena, y Pibe, y un tiro del visitante Julio Rico blocado por la zaga pontevedresa apenas rompieron la letanía de un partido de lentitud plúmbea. Hasta que Adrián Cruz hizo sonar un gong atronador percutiendo desde 25 metros en un disparo que sorprendió a todo Pasarón, pero sobre todo a un Edu Sousa que no acertó a evitar que el cuero se colase pegado al palo derecho de su portería para el 1-1 final.

FICHA:

PONTEVEDRA (1): Edu Sousa, Nacho López, David Castro, Churre, Adrián León (Campillo, min 78), Kevin, Álex González, Romay (Álex Fdez., min 71), Berrocal, Pibe y Arruabarrena (Javi Pazos, min 67)

BURGOS (1): Saizar, Andrés, Kevin, Julio Rico, Undabarrena, Jagoba, Goti (Yaw Annor, min 65), Adrián Cruz, Mayor, Borja Sánchez (Fer Ruíz, min 77) y Madrazo (Diego Cervero, min 57)

Goles: 1-0, min 50: Álex González. 1-1, min 89: Adrián Cruz.

Árbitro y tarjetas: Pablo Fernández, auxiliado en las bandas por Eduardo Suero y Luis José López (Colegio asturiano). Amonestó a los jugadores visitantes Madrazo y Kevin.