El pazo que se cae sobre los peregrinos

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

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El muro de la conocida como Granja de Alba, en la parroquia del mismo nombre y donde se cree que pernoctó una reina, sufre desplomes sobre el Camino Portugués

19 feb 2019 . Actualizado a las 12:40 h.

Tal y como insinúa su potente blasón, la conocida como Granja de Alba -a tiro de piedra de la iglesia de Santa María de Alba, en Pontevedra- debió ser un pazo o casa noble importante. También tuvo un pasado agrario, tanto relacionado con el ganado vacuno como con una plantación de kiwis. Y a nada que se bucee en su historia no falta quien señale que ahí, quizás, llegó a pernoctar la reina santa Isabel de Portugal allá por el siglo XIV. Pero, desafortunadamente, toda esa historia no llevó a que esa propiedad se mimase como debería. Todo al contrario, y tras cambiar de propietarios en distintas ocasiones, actualmente está convertida en un adefesio, en una ruina llena de maleza y basura. Además, se da la circunstancia de que el agonizante pazo está en pleno Camino Portugués y que el muro que rodea esta propiedad no deja de caerse a trozos sobre la ruta xacobea. De hecho, durante un tiempo obligó a desviar el Camino.

Los peregrinos que salen de Pontevedra y enfilan sus pasos hacia Alba se topan primero con la iglesia y el campo de la fiesta. Pasan luego por un cruceiro bien especial. No en vano, tuvo que ser reconstruido después de «haber sido víctima de un delito de odio y de que quedara destrozado». Allí, a los pies del crucifijo en piedra, los caminantes van dejando piedras. «Es la forma que tienen de expresarnos su cariño», indica el sacerdote.

La imagen de la iglesia y del cruceiro, ambos cuidados, contrastan con lo que a continuación se topa el peregrino. A pocos metros está la ruinosa Granja de Alba. Tiene la puerta de par en par y, sin cruzarla, se adivina ya la basura dentro del inmueble. El muro que rodea la finca se cae a cachos. Y hay vallas para alertar a los caminantes. Todo el mundo asume que corre peligro si se acerca al cierre. Lo decía un inglés que ayer pasaba hacia Santiago a media mañana: «Está peligroso, mejor no acercarse», murmuraba mientras seguía a paso rápido hacia Compostela.

«Hubo ya muchas quejas»

El mal estado del muro y de la propiedad en general causan malestar entre el vecindario. «Ya hubo muchas quejas, pero la verdad es que todo sigue igual», dice el citado sacerdote. Lo mismo señala Celestino Lores, presidente de Amigos do Camiño de Santiago y una de esas personas que no deja de preocuparse por cada palmo de la ruta a Compostela. «

A verdade é que no seu día si lle dixemos ao Concello que iso estaba mal. Houbo un momento que tivemos que desviar a ruta porque ao caer un trozo do muro non se podía pasar. Puxéronse unhas vallas, amañouse un pouco a cosa e agora pásase por alí, pero segue sen estar ben. E é unha pena porque non é un punto calquera do Camiño. A Granxa de Alba é un lugar senlleiro, un punto clave, e non está ben que siga así», indica Celestino Lores.

Efectivamente, si se visualizan algunas guías del Camino Portugués destacan la llamada Granja de Alba. Claro que no se detalla la situación en la que se encuentra actualmente, con el cierre destrozado y la maleza devorando la propiedad. Resiste el blasón, como si quisiera rebelarse ante la ruina que hace agonizar la casa.

El blasón del cierre resiste el envite de la maleza, como si rebelarse ante la ruina que lo invade

Durante un tiempo, y tras un desplome de parte del muro, hubo que desviar

la ruta jacobea