«La educación sanitaria está sin ejecutar en la escuela en Galicia»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Defiende las ventajas de contar con una figura que permite una mejor integración del menor con dolencia crónica

25 ene 2019 . Actualizado a las 20:00 h.

La doctora Maite Peña Fernández (Vigo, 1981), especialista en Ginecología y Obstetricia del CHUS, es la portavoz del movimiento que solicita que se cree en Galicia la figura de la enfermería escolar. La proposición no de ley (PNL) se registró a finales del 2018 en el Parlamento y Pontevedra participa activamente. Rogelio Carballo, presidente de la Fanpa, es uno de los firmantes.

-Lo que solicitan es que Galicia se sume a las comunidades autónomas y a los países que ya cuentan con esta figura. ¿Por qué es necesaria para atender a alumnos con enfermedad crónica?

-El objetivo es igualarnos a otras comunidades autónomas que ya cuentan con ella y que no haya un agravio comparativo sobre donde nace un niño en España para poder solicitar una enfermera si tiene una enfermedad. A mayores, según se profundiza en el tema, no es solo para una labor asistencial como todo el mundo cree. La enfermera en un centro escolar ejercería funciones de educación sanitaria, que es una asignatura que está totalmente sin ejecutar ni valorada en la escuela en Galicia.

-Además de esa función asistencial de controlar la enfermedad y los tratamientos tendría entonces una función docente...

-Se integraría dentro del staff, ayudaría a promover hábitos de vida saludables y cuando existe algún niño con alguna enfermedad permite una integración mejor del menor. Ya no es que los profesores sepan de la enfermedad del niño, que ayuden en su cuidado, sino que fomenta el autocuidado del niño y mejora el control de los padres sobre la enfermedad. El enfermero es un interlocutor ideal entre las recomendaciones y los tratamientos que plantea su médico, tiene tiempo y calma para hacer un seguimiento del niño. Puede hacer un control óptimo de la enfermedad y repercute muy positivamente tanto en reducir crisis como, a largo plazo, mejoras de la salud en niños con enfermedades o en los que no las presentan mejora su estado de salud en el futuro. Los haces más conscientes de aquello que es positivo y negativo para ellos y permite tener un seguimiento y un registro de las enfermedades porque ahora mismo no lo hay.

-Diabetes tipo 1, asma, epilepsia, enfermedad inflamatoria intestinal... ¿Se sabe cuántos alumnos gallegos las padecen?

-La Consellería de Sanidade no da ningún dato. Hablando con servicios de neumología pediátrica de diferentes hospitales tienen algún registro personal, pero no oficial. Ellos barajan el porcentaje de incidencias, que está entre un 10 y 13 %. En Galicia se realizó, por ejemplo, un estudio transversal en el 2011 para ver la prevalencia del asma y daba en niños de 6-7 años un 13,6 % y en niños de 13-14 un 12,2 %. Este curso, según datos oficiales, en infantil, primaria y educación especial hay matriculados 197.450 alumnos, si ponemos un 10 % serían más de 19.000 niños con asma, que es una burrada.

-La figura que se reclama ahora no es ni mucho menos nueva. Nació en el siglo XIX en Londres...

-Fue en 1897 cuando se definió, pero unos años antes se realizó un congreso de higiene en Londres y en algún colegio que de manera eventual tenía una enfermera los médicos empezaron a debatir y valorar los potenciales beneficios de tener una enfermera en un centro escolar. Años después se definieron los roles de esa enfermera y los criterios.

-La propuesta nace con un gran consenso. Federaciones y asociaciones de diabetes, autismo, epilepsia, déficit de atención, federaciones de padres de alumnos y entidades sanitarias. ¿Se ha sumado alguna más?

-Además de los que figuran en la proposición no de ley, ahora nos movemos en redes y se han sumado el Colegio de Enfermería de Lugo y de Ourense y la Asociación de Niños Oncológicos Bicos de Papel.