La ronda urbana ya deja su huella

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Completada la primera fase de la obra, el objetivo es rematar los trabajos en mayo

13 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Han pasado cerca de quince años desde que el Concello de Pontevedra, la Diputación, la Xunta de Galicia y el Ministerio de Fomento formaron lo que se dio en llamar la «M-4», una mesa por las infraestructuras viarias en torno a la ciudad. En aquellas reuniones técnico-políticas se diseñaron una docena de propuestas de las que apenas se han ejecutado la reforma del nudo de O Pino, el desdoblamiento de la avenida de Vigo, y los puentes de Monte Porreiro y de As Correntes.

Ahora Concello y Diputación tiene en marcha la «rolda leste» o ronda urbana, un proyecto para facilitar un nuevo acceso a Montecelo desde O Marco, cuya ejecución había previsto en su día la Xunta, que la llegó a incluir en el Plan MOVE, y que finalmente asumieron las dos Administraciones locales con cierta dosis de suspense, ya que se adjudicó en el 2015 y se revocó el contrato debido a defectos de forma para volver a abrir la licitación.

La obra, al fin, ya deja huella en el paisaje puesto que está prácticamente finalizada la primera fase de la ejecución, consistente en el movimiento de tierras. De esta forma el trazado entre O Marco y el entronque con la PO-532 (donde se construirá una glorieta de 50 metros diámetro) es perfectamente visible. De tierra, pero visible.

El alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, y el vicepresidente de la Diputación, César Mosquera, comprobaron ayer la evolución de los trabajos, donde el ingeniero director de la obra, José Domínguez, subrayó que pese a ir con cierto retraso sobre lo previsto se confía en cumplir el calendario pactado y entregar la obra rematada a principios del próximo mes de mayo.

Mosquera recordó que se trata de «unha obra moi demandada e moi demorada, xa que foron bastantes anos agardando. Esta vía é un exemplo do que deben facer as administracións locais, xa que ás veces fan falta infraestruturas modestas, pero non por iso menos importantes, porque son as que vertebran o territorio e permiten a mobilidade».

El nuevo vial, de 970 metros de longitud, dos carriles de circulación, carril bici y senda peatonal, será una alterativa al tráfico que hoy usa las estrechas calles As Pereiras y As Olivas como «atajo» desde O Marco hacia Montecelo. Mosquera reconoció que apenas captará entre 3.000 y 4.000 vehículos al día, pero destacó que «resolverá problemas».

En el futuro, la ronda tendrá conexión con el vial que pasará por detrás de Montecelo, y de ahí habrá una salida hacia la circunvalación (A-75). Más complicado parece que pueda conectar hacia el norte con la carretera de Santiago y la futura variante de Alba, ya que «suporía construír unha nova ponte sobre o río que tería unha afectación e un custe que dificilmente se poderían xustificar», apuntó Mosquera.