Elnosa arremete contra la «oposición sistemática y destructiva» del Concello

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Los dueños de la firma estiman que la rehabilitación de los terrenos durará dos años

24 nov 2018 . Actualizado a las 05:05 h.

Bondalti atribuyó exclusivamente al Concello de Pontevedra -«oposición sistemática y destructiva»- y a los gobiernos de Rajoy y Sánchez -«incertidumbre sobre la renovación de la concesión»- su marcha industrial de la comarca. En un duro comunicado hecho público ayer, la empresa portuguesa, propietaria de Elnosa, arremetió contra las Administraciones a las que considera responsables de su «cierre definitivo de su unidad industrial en Pontevedra». Alega la «falta de condiciones legales que permitan la inversión en la modernización y la continuidad de la fábrica». Parte de la plantilla se recolocará en Torrelavega y algunos seguirán en Galicia, mientras que la empresa lusa estima que el desmantelamiento de las instalaciones de Lourizán y la rehabilitación de los terrenos se prolongará durante unos dos años.

Bondalti precisa que su presencia en Galicia se limitará a la actividad comercial, así como a mantener una base logística en el puerto de Vigo.

Desde la empresa se apunta que el cambio para una tecnología ambientalmente compatible y la diversificación de la producción «fueron una prioridad». Su marcha la achacan directamente a dos factores. Primero, a la «estrategia del Ayuntamiento de Pontevedra hacia la planta, que siempre se opuso a la permanencia de la empresa». Segundo, a Costas por «la incertidumbre sobre la renovación de la concesión de los terrenos por parte del Estado español, en virtud de la Ley de Costas». Ambos «acumularon dudas que comprometieron el buen desarrollo de la fábrica».

Desde Bondalti, argumentaron que «desde el primer momento» intentaron mantener viva esta actividad industrial. «Pero la indefinición legal se volvió incompatible con la estabilidad imprescindible para cualquier inversión empresarial», resaltaron. Al arremeter contra el gobierno de Lores concluyeron: «Esta situación se agravó, por motivos puramente políticos, por la oposición sistemática y destructiva del Ayuntamiento de Pontevedra».

El grupo luso destacó el apoyo de la Xunta, pero admitió que no fue suficiente para realizar las inversiones previstas. Bondalti se sintió «obligada a abrazar un nuevo proyecto industrial en otra comunidad de España [Cantabria], donde fue recibida con los brazos abiertos por las respectivas autoridades regionales y locales».