Todos los Santos en Pontevedra. Al mediodía, el parque infantil de As Palmeiras, uno de los más grandes de la ciudad, empezaba a poblarse. A nada que uno preguntase santo y seña a las familias, quedaba claro que los parques son un punto obligado de paso para quienes visitan Pontevedra con niños. «Venimos de Chapela», decían unos progenitores. «Y nosotros de Navia, también en Vigo», apostillaban otros. Si a estos padres y a otros pontevedreses que pasaban también la mañana entre columpios se les preguntaba qué es lo que más valoran sus hijos en un parque, todos hablaban de los entretenimientos. «Yo creo que el parque que más les gustó fue uno de Santiago con camas elásticas», indicaba una mamá. «Supongo que los que tienen toboganes más altos», decía otra. Quizás no les faltase razón. Pero si se preguntaba a sus hijos, las respuestas eran más entrañables. Pasen y lean.
Blanca, de seis años y Hugo, María y Lucía (con cuatro primaveras cada uno) aceptaron dejar a un lado las carreras y juegos para hablar sobre el parque. Blanca, de Vigo y que visitaba por primera vez As Palmeiras, decía que le gustaba todo, «los columpios y las cosas de subir». Hugo y María, de Pontevedra y amigos, al principio dijeron que los columpios. Pero ella enseguida cambió de parecer: «Lo que más me gusta es ver a los amigos, a los de clase. Porque Hugo es de mi clase», decía mirando al amigo. Y Hugo lo confirmaba con sonrisa: «Sí, es de mi clase».
Blanca y Lucía, las dos viguesas, dijeron que tenían razón. Y que lo que les gusta es ver «a los del cole» entre columpios. Pero también dejaron claro qué otra cosa les encanta: descubrir parques nuevos. «Este es guay», dijeron del de As Palmeiras.