Galiza Nova rescata Palomares e insta a Feijoo a bañarse en la presa del Umia

Cristina Barral Diéguez
cristina barral CALDAS / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

FATIMA SANTIAGO

16 oct 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

Ellos no habían nacido cuando en 1966 el expresidente de la Xunta Manuel Fraga, entonces ministro de Información y Turismo, se bañó en aguas de Palomares (Almería) para demostrar a la población que no existía radiactividad en la zona tras la caída de cuatro bombas termonucleares. Ese fue al menos el objetivo que pretendía aquel chapuzón mediático en plena dictadura. Los jóvenes del BNG en la comarca del Umia han rescatado aquel baño de Palomares para «invitar» al hoy titular del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijoo, a que se moje en las aguas del embalse de A Baxe, en Caldas de Reis. Una presa que está en estado de alerta por el alga Microcystis desde el 6 de julio.

Ángela Aboy, responsable de Galiza Nova Umia, lo justificó así este lunes. «Levan anos dicindo que o encoro non está contaminado, a pesar de que auga está claramente dunha cor verde pola presenza dunha cianobacteria tóxica. Hai pouco volvérono dicir, negando a mala calidade da auga, e se non hai medo, que se bañe», apunta la joven.

Desde Galiza Nova se alude a que la cascada de Segade, la playa fluvial, los Llorones y el malecón de Caldas, además de la playa fluvial de Lantaño (Portas), estaban teñidas de verde y el baño fue prohibido este verano. «Sen embargo, tanto o delegado da Xunta en Pontevedra como responsables de Augas de Galicia e da Consellería de Sanidade se afanaban en dicir que estaba todo ben e que non existe risco algún. Por este motivo, queremos que os máximos responsables desta situación veñan a Caldas e se dean un baño nas augas do Umia», señalan desde Galicia Nova. Para los jóvenes del Bloque el Umia y los vecinos de Caldas, Cuntis y Moraña se merecen una solución definitiva.

No es la primera vez que el BNG rescata el baño de Palomares. En Pontevedra, su alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, se dio un chapuzón el 29 de abril del 2006 en el Lérez para celebrar la conclusión de unas obras de saneamiento que habían eliminado, se dijo entonces, el 98 % de los vertidos al río.