Vaipolorío estrena un proyecto para mimar el bosque autóctono del río Gafos
PONTEVEDRA CIUDAD
La iniciativa arrancó este sábado en una zona de Tomeza con la eliminación de varias especies invasoras del entorno del cauce
07 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Sin apenas descanso tras la campaña de verano de limpieza del río Gafos, la asociación ecologista Vaipolorío se ha implicado en un nuevo proyecto medioambiental en Pontevedra. Incluido en el programa Voz Natura 2018/2019, la iniciativa arrancó este sábado por la mañana en una zona de la parroquia de Tomeza en la que confluyen el río Pintos y el Gafos. El proyecto se titula O río Gafos e a recuperación do bosque ripícola, y a mimar ese bosque que vive en las riberas irán dirigidas las actuaciones de sus miembros. Como explicó Xosé Feijoo Bernárdez, de Vaipolorío, de lo que se trata es de eliminar especies invasoras que comen espacio a ejemplares autóctonos y después llevar a cabo plantaciones. «Alí onde retiremos invasoras plantaremos ameneiros, freixos e salgueiros, calculamos que serán uns cincuenta exemplares en total facilmente», señaló Feijoo.
En la jornada matinal de ayer participaron siete personas. Se hizo el trabajo, aunque desde el colectivo recuerdan que no sobran manos y que todas sus actividades son de carácter abierto y gratuitas. Aquellas personas que quieran sumarse pueden ponerse en contacto con Vaipolorío. «Retiramos dúas acacias, unha acacia negra e unha falsa acacia, que tiñan certo porte, e tamén herba da Pampa, os plumachos. O que vimos é que son exemplares moi grandes e teremos que vir cun tractor», apuntó.
Las actuaciones de la asociación se centran en la zona de dominio público del río. Lo que se persigue es que esas especies invasoras no mengüen el crecimiento de árboles autóctonos. El bosque ripícola es ese bosque que se instala a lo largo del río y que en algunos puntos se convierte en galería, al engarzarse las ramas de las dos márgenes. Exponen desde Vaipolorío que es un tipo de bosque longitudinal, que cubre los diez kilómetros del río con una anchura de diez metros en cada orilla, «seguindo o río no seu percorrido como se se tratara dunha serpe verde vista dende as alturas». Ese bosque ripícola flaquea en algunos puntos, donde plantas invasoras, algunas escapadas de cultivos, colonizaron el espacio y desplazaron a las autóctonas. La consecuencia es que se empobrece el ecosistema del río, «pois non aportan as mesmas propiedades que permitían unha mellor biodiversidade». La siguiente salida todavía no tiene fecha fijada.