Tere Casal deja el PSOE sin hacer ruido

Serxio Barral Álvarez
Serxio barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

La que fuera teniente de alcalde socialista se da de baja como militante: «Levo oito anos fóra da política. É un paso lóxico»

28 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tere Casal se da de baja como militante del PSOE. La noticia corrió ayer por los mentideros políticos de la ciudad. Incluso en la sede socialista, donde en los últimos años dejó de ser bienvenida pese a que llevó al partido a lograr los mejores resultados de su historia en Pontevedra: 6 concejales en el 2007. Cuatro años después le dieron la patada desde dentro y con otro cabeza de cartel el PSOE cayó a tres concejales, cifra que repitió (y se celebró como todo un éxito) en el 2015.

«Simplemente, o luns presentei a miña baixa no partido. Levo oito anos fóra do Concello e da política. É un paso lóxico. Pode que haxa que non o entenda agora que o PSOE ten o vento a favor, pero así son eu, xa me coñecedes», valoraba la propia Casal para La Voz su decisión, sorprendida por la repercusión de la noticia -que había sido adelantada por la web PontevedraViva-. Eso sí, dejó muy claro que «sempre fun galeguista e socialdemócrata e así morrerei».

Casal accedió al cargo de concejala en 1999. Fue como independiente, ocupando el número 2 en la candidatura que encabezó Roberto Taboada. Abogada de profesión, venía del mundo universitario, pues ejercía el cargo de secretaria del centro asociado de la UNED en Monte Porreiro. Antes de acabar aquel mandato, en agosto del 2002, Taboada sufrió un accidente vascular que le apartó de la política, y Tere Casal se quedó como portavoz del grupo municipal. Al año siguiente dio el paso al frente, encabezó por primera vez la lista socialista y, tras una dura negociación, acabó sellando un pacto de gobierno con el BNG que se fue reeditando hasta el 2015. Los dos primeros mandatos, con ella como teniente de alcalde única, lo que le llevó a ser la primera mujer que, aunque fuera con carácter accidental, ejerció las funciones de alcaldesa de Pontevedra.

Entre medias se dio de alta, por coherencia, como afiliada del PSOE. Igual que ahora al irse, lo hizo sin ruido. Hubo quien quiso montar un acto por todo lo alto para darle el carné -se quería que se lo entregara Rodríguez Zapatero-, pero ella se negó.

Nunca llegó a integrarse en la vida orgánica de un partido que en Pontevedra es especialmente endogámico, y no tuvo reparo en cuestionar decisiones o actitudes de otros socialistas -de aquí o e fuera-. Se lo acabaron haciendo pagar.

Amplio legado

De su trabajo en el Concello existe un poso muy, muy amplio. Lo más sorprendente de todo -y es algo que ella lleva clavado- es que los que le siguieron en el grupo municipal socialista nuca lo reivindicaron. Tere Casal puso orden en la feria ambulante, enfrentándose incluso con un clan de vendedores que ejercían poco menos que de matones; heredó el regalo envenenado del párking Veteris, y aunque el asunto sigue coleando, sentó las bases para que el Concello saliera airoso del trance; se enfrentó a la Xunta por el edificio judicial e inició la tramitación para poner a disposición los terrenos; impulsó la declaración del ARI del centro histórico e impulsó también la rehabilitación de la Casa da Luz. Son solo algunas de las múltiples iniciativas municipales en las que jugó un papel determinante. También hubo asuntos que no logró sacar, como la solución a las medianeras de A Peregrina o el frustrado Museo da Historia que se iba de presupuesto. Pese al balance de su gestión y a los excelentes resultados electorales que atesoraba, un movimiento desde dentro, incluso auspiciado por personas cercanas a ella, dio con Tere Casal fuera de la lista municipal del 2011. El resto es historia.

Ahora cierra un capítulo con su baja como militante del PSOE. Quién sabe si se abrirá otro en breve.