Quince años de cárcel para los dos acusados de matar a golpes a una pontevedresa para robarle 35 euros

Alfredo López Penide
L. penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

11 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin dejar resquicio alguno para la sorpresa, la Audiencia de Pontevedra impuso quince años de cárcel -once años y medio por homicidio y tres años y seis meses por robo con violencia en casa habitada- a los dos acusados del asalto mortal a una anciana pontevedresa en su domicilio de Ramallás, en Lérez. De este modo, el tribunal confirma plenamente las penas solicitadas por la Fiscalía y que fueron aceptadas por las defensas tras el veredicto de culpabilidad de un jurado.

En el único aspecto en el que la Audiencia de Pontevedra difiere con respecto al posicionamiento del ministerio público es con respecto a la indemnización que cabría atribuir al Sergas por los gastos dispensados a la pontevedresa. Si la Fiscalía cuantificaba estos en 35.352 euros, la presidenta del tribunal consideró que «no cabe realizar pronunciamiento indemnizatorio alguno a su favor por cuanto que dicha entidad no se ha personado en la causa para sostener su pretensión indemnizatoria».

Por el contrario, sí confirma los veinticinco mil euros de indemnización que corresponderían a cada uno de los dos hijos de Pilar Fernández Otero, de 87 años, así como estima que los acusados deben resarcir al propietario del coche que sustrajeron para desplazarse hasta la casa de la víctima por los daños que le ocasionaron.

El pasado junio, por unanimidad, los nueve miembros del tribunal popular consideraron acreditado que José Manuel González Cruz y Constante Sánchez Penelas, en la madrugada del 30 de julio del 2016, acudieron a casa de Pilar. Aprovechándose de su edad avanzada y conociendo que vivía sola, la asaltaron. «Comenzaron a golpearla reiteradamente y con gran contundencia en diversas partes del cuerpo sin importarles poder acabar con su vida», refiere la sentencia.

Tras conseguir un exiguo botín de 35 euros, ambos abandonaron la casa dejando a Pilar a su suerte. Semanas después, falleció en el Hospital Montecelo como consecuencia de las lesiones que le habían producido.