El marisqueo a flote en la ría vive su año más dulce de la década

Marcos Gago Otero
marcos gago POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Emilio Moldes

Las claves están en la recuperación de especies como la babosa y los precios altos

31 ago 2018 . Actualizado a las 20:47 h.

El marisqueo a flote en el fondo de la ría de Pontevedra enfila este año uno de sus mejores ejercicios en la década, consolidando una recuperación que se notó ya en el 2017 y que supera con creces los resultados de los tres ejercicios anteriores. El buen dato económico es todavía más elocuente si se tiene en cuenta que el río Lérez -que fue el banco marisquero más próspero de este sector profesional- está actualmente enfangado y carente de vida esperando un dragado que no da llegado. Los buenos resultados de este año se atribuyen a una serie de factores, entre los que destacan la recuperación de especies como la babosa, que habría sufrido mortandades, así como las elevadas cotizaciones de todas las clases de almejas y que se han sostenido en el tiempo mes tras mes.

En el 2008, las ventas del sector a flote en Campelo supusieron 1.350.000 euros. Es un valor importante, pero que fue cayendo, primero poco a poco y después en picado, hasta no superar, del 2014 al 2106 el medio millón de euros. Esos ejercicios fueron trágicos para el sector. La llegada de la Marteilia devastó los bancos de berberecho y prácticamente lo extinguió, a efectos comerciales, hasta la actualidad. Fue un durísimo golpe porque el berberecho era un bivalvo que no había dejado de escalar en cotizaciones. Todos los ingresos por berberecho desaparecieron y no han vuelto.

Mejor suerte corrió la almeja babosa, que también experimentó, por diversas razones, mortandades que redujeron de forma significativa sus capturas en el marisqueo a flote. Esta especie, a diferencia del berberecho, sí ha logrado repoblar sus bancos en el fondo de la ría, lo que ha supuesto un gran alivio para el sector, según fuentes de las cofradías.

En el trienio más duro la crisis se agravó por cierres de toxina prolongados, que limitaron las jornadas de trabajo y que pusieron en peligro la supervivencia de las embarcaciones. Fueron tiempos en los que muchos prefirieron aprovechar los permex que tienen para intentar salir adelante con la pesca en vez de con el marisqueo. El año pasado empezó a notarse una subida general en los precios de todas las especies. Es un fenómeno habitual en Navidad o el verano, pero que se ha sostenido en el tiempo y eso ha repercutido, positivamente, en los bolsillos de los mariscadores.

Tendencia al alza

Los operativos de control de bivalvo portugués y una recuperación económica más general en España han conllevado un aumento de la demanda y este factor también ha mejorado las ventas. En el 2017 el sector a flote vendió 1.250.000 euros en la lonja poiense. Es un poco menos de lo que se subastaba hace diez años, pero hay que tener en cuenta también que el río, que en el 2008 aún estaba algo operativo, actualmente es estéril sin el dragado que lo limpie.

Según las estimaciones de la lonja, la buena marcha económica del sector este año hace prever un balance excelente. En el período que va de enero a julio se subastaron mariscos en la rula poiense por valor de 880.000 euros. Es solo siete meses se supera ya lo que se vendió cada año desde el 2014 al 2016 en este mismo parqué.

El empleo es otro elemento a medir. En el 2008 había 126 embarcaciones con permiso de marisqueo a flote, de las que diez años después sobreviven 107, aunque no todas operan al mismo tiempo y sus tripulantes oscilan de uno a dos o tres.

Una guía explica los cuidados de la salud para el bienestar del sector

Las mariscadoras de la ría de Pontevedra, al amparo de la red de apoyo y promoción de las mujeres del Mar Candieira, presentarán el próximo martes en el campo de A Seca, en Poio, una guía de cuidados de la salud diseñada específicamente para este colectivo. Esta actividad cuenta con el respaldo del Grupo de Acción Local do Sector Pesqueiro (GALP).

Este cartel recoge varias recomendaciones en cuestiones de alimentación, protección de la piel y seguridad física, además de una tabla de ejercicios para estirar y prevenir lesiones en los brazos, piernas, cuello, tronco y lumbares. Las dolencias más comunes identificadas entre las mariscadoras son las reumáticas y articulares en la columna vertebral y las derivadas del levantamiento de pesos. Esta actividad profesional «leva asociada unha carga física e emocional que precisan alixeirar para mellorar o seu benestar».