Aceptan dos años de cárcel por tráfico de cocaína entre Madrid y Galicia en coche

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Cedida

La banda utilizó el párking de un supermercado de Pontevedra para trasvasar 10 kilos

13 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres individuos acaban de ser condenados por la Audiencia Nacional a dos años y ocho meses de cárcel como responsables de una operación de narcotráfico con la que colocaron diez kilogramos de cocaína entre Madrid y las Rías Baixas. Un cuarto implicado, hijo de uno de los integrantes de la banda, que utilizaba automóviles para transportar la mercancía, cumplirá un año y tres meses de prisión como cómplice del mismo delito. Todos ellos admitieron los hechos de los que se les acusaba con respecto al trasvase del material, ejecutado en la ciudad de Pontevedra en septiembre del 2016.

Fueron miembros de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Brigada Central de Estupefacientes quienes establecieron los dispositivos de seguimiento, tanto en las provincias de Madrid como de Pontevedra, de los dos vehículos en los que viajaban tres de los implicados en la trama. Uno de ellos era conducido por un sujeto que carga con un amplio historial delictivo a sus espaldas e incluye una condena por blanqueo de capitales en Alemania y otra sentencia por un delito de lesiones. Él era el encargado de transportar el material. Los diez kilos de cocaína se distribuían en cinco paquetes que viajaban en el interior del turismo, envueltos en la bolsa de plástico de un supermercado. Las fuerzas de seguridad apuntan a que su destino era ser distribuidos en Galicia.

Este automóvil circulaba hacia Pontevedra escoltado por un segundo vehículo que, según la policía, ejercía las funciones de lanzadera. Al volante, un vecino de Torrejón de Ardoz que carecía de antecedentes. Como copiloto, su hijo, mayor de edad, cuyo único rastro judicial era una condena por conducción bajo los efectos del alcohol.

El cometido de este segundo vehículo parece bastante claro. «Los dos sujetos ejercían una labor de seguridad, aviso y contravigilancia frente a posibles controles policiales, tanto durante el desplazamiento de la comitiva desde Madrid hasta la provincia de Pontevedra, como durante los decisivos instantes en que se produciría la entrega de la sustancia estupefaciente y la consiguiente recepción del dinero».

El destinatario del material esperaba a sus compinches en la avenida de Vigo, en la ciudad de Pontevedra. El conductor de la cocaína introdujo su automóvil en el aparcamiento de un supermercado y lo estacionó al lado de la furgoneta que pertenecía al comprador del material, un sujeto oriundo de Vilanova con antecedentes por tráfico de sustancias psicotrópicas a media escala. Mientras el trasvase se llevaba a cabo en el interior del párking, uno de los escoltas permanecía sentado en un banco, en el exterior de las instalaciones comerciales, sin percatarse de que estaban siendo vigilados. Tras consumar el envío, cada mochuelo a su olivo. Hasta ser arrestados.

La mercancía viajaba en un vehículo que era escoltado desde la capital por un segundo turismo

Un atasco en la Autovía do Salnés facilitó la caída del vilanovés que compró el material

El primero en caer, una vez consumado el trasvase de la cocaína, fue el vilanovés que la había recibido. El tipo conducía su furgoneta por la autopista AP-9, en dirección a Santiago, cuando se percató de que la policía le seguía los pasos. Trató, entonces, de burlar a los agentes, dando un volantazo repentino para internarse en el desvío que conduce a la Autovía do Salnés. Al hombre, sin embargo. le jugó una mala pasada le elevada densidad de tráfico que soporta esta carretera, puesto que se vio en medio de un atasco y tuvo que reducir drásticamente la velocidad hasta ser capturado. No hay mal que por bien no venga.

El resto de la banda fue apresada en Madrid. Allí gestionaban un almacén en el que guardaban otros 25 kilos, que en el mercado hubiesen generado al menos un millón y medio de euros.